Revista Visión Universitaria - EESJojutla Marzo.2017 | Page 21

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Ensayo sobre el libro“ El Elemento” de Ken Robinson

Confieso que no me emocionó mucho leer este libro porque no me gusta la literatura de autoayuda y superación personal. Los grandes exponentes de la literatura europea, americana y latina son definitivamente mis libros favoritos. Sin embargo, más que autoayuda,“ El Elemento” es un compendio de casos de éxito, personajes que lograron concentrar en un solo punto de su vida, su pasión y lo que mejor se les da, añadido a una crítica sobre el sistema educativo en general.
En“ El Elemento” la premisa es hallar ese sitio en el que las cosas que te encanta hacer y las que se te dan bien, convergen. En este aspecto, el autor no está descubriendo el hilo negro. Este pensamiento existe desde que el hombre se dedica a la filosofía y las artes, estados en los cuales el ser humano busca el desarrollo y la plenitud del ser por medio del estímulo del pensamiento, de los talentos, las ideas, la creatividad, la imaginación y de la expresión más allá del lenguaje cotidiano. Esta ideología se ha promovido con mayor interés desde hace un par de décadas principalmente por escritores y científicos con sentido futurista, siendo en años recientes cuando las personas comienzan a preocuparse realmente por un estilo de vida alejado de la oficina( workaholic) y de la insatisfacción de clase media. Por eso es tan común escuchar hoy en día frases como“ salir del sistema”,“ ser arriesgado”“ ser innovador”, etc. Entonces,
se hace primordial el cambio de estructuras desde la educación básica, pues la monotonía del hacer por hacer comienza desde el aula y empeora en la edad adulta, cuando no conseguimos ganar ninguna satisfacción en lo personal y lo económico.
En los primeros capítulos de su libro, Robinson narra algunos casos de éxito: Matt Groening, Paul McCartney, John Cleese. Entre líneas vamos entendiendo que no existe un patrón, que no todos salimos del mismo molde y que nuestras habilidades y aptitudes son diferentes a las de otros. Como explica Robins, la educación debe ser la responsable de la propagación del talento, de la creatividad, debe ser el molde de una generación creativa y satisfecha con sí misma. Pero lamentablemente, la enseñanza ha sido la responsable de que mucho genio y mucho talento se desperdicie en la cadena de montaje de alguna fábrica o en actividades poco interesantes como el trabajo de oficina o el de ama de casa. En este punto me parece interesante mencionar que no encontraremos en este libro el ejemplo de alguien dedicado a otra cosa que no tenga que ver con las artes( Groening es dibujante y creativo, McCartney es músico y Cleese comediante), ninguno es barrendero, enfermera o profesor. Esto me parece confuso, contradictorio, recortado y paradójico, se supone que este libro trata de vendernos la idea de que todos tenemos las

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