Revista Vida Natural Nro 208 - Agosto 2019 | Page 7

si fueran una secta. Aunque lo cierto es que las enseñanzas esotéricas o religiosas de Steiner no se dan en estos colegios. Frente a la separación realidad-ficción de Montessori, Waldorf privilegia la imaginación. los pequeños en temas religiosos o espirituales. Bueno, no es imposible que suceda, pero creo que se puede evitar si los padres intentan estar al corriente de la vida escolar. Otra crítica que se hace es que al vivir tanto en el mundo de la imaginación, tengan problemas para aceptar la realidad y adaptarse a ella, sobre todo al crecer. Aquí deberían hablar los antiguos alumnos. Pero, ¿cuánta gente odia su trabajo rutinario y no se adapta a él, sino que se resigna? Y no todos vi- enen de escuelas “alternativas”. El aprendizaje de la lectura y la escritura no tiene lugar antes de los siete años, ya que antes se piensa que el niño está en otra dimensión. Los materiales son rudimentarios, se trata de que se pueda jugar y trabajar con ellos de distintas maneras, para estimular la creatividad. Los mue- bles están hechos a la escala de los alumnos, siendo posible moverlos, pero también subirse a ellos. Se atribuye gran importancia al establecimiento de ritmos, tanto diarios como semanales como anuales. El objetivo es proporcionar seguridad. El profesor no es un simple guía, debe ser un mod- elo, una inspiración. Las actividades manuales son muy importantes, lo que proporciona un nu- mero de habilidades distintas no indiferente. Son contrarios al uso de la tecnología, como televisores, ordenadores, etc. Se favorece la imaginación frente a la tecnología. Se consid- era importante pasar tiempo al aire libre, intentando que, ade- cuadamente vestidos, jueguen todos los días fuera. Sobre la pedagogía montessoriana, hay a quien no le gusta el uso rígido de los materiales, aun- que, obviamente, esto ayuda a su conservación y a que no reine el caos en el aula. Y que la may- or parte de las actividades se desarrollen indi- vidualmente, no insistiendo en la socialización. Esto se compensa, al menos en parte, formando clases con niños de distintas edades, frente a la limitación de una única edad en el aula de las escuelas convencionales. También el concepto de libertad del niño, en algunos casos, provoca mie- do, pensando en pequeños sin límite alguno. En realidad, se enseña autodisciplina. Lo peor de estos dos tipos de colegios es su es- casez en muchas zonas y, sobre todo, su alto precio. Esto hace difícil el acceso a muchas fa- milias interesadas en educar a sus hijos con una mayor libertad por ellos y siguiendo un proceso mucho más respetuoso. La limitación económica hace, además, que estos niños provengan de una determinada clase social, lo que podría originar otros conflictos en un potencial alumno que lleg- ara a un colegio de este tipo por una carambola de la suerte. Puntos débiles. ¿Cuáles se consideran las flaquezas de estos métodos? En el caso de Waldorf, lo ante- riormente comentado, la sospe- cha de que se pueda adoctrinar a 7