lugar en el que se educa en la cooperación y no en la
competitividad.
Tampoco los informes ayudan. El tan reconocido informe
PISA no tiene nada que ver con que les vaya bien a los niños o
sean felices. Tiene que ver con la economía. No importan los
niños, sino el poder y la ideología. La competitividad y la presión
económica han pasado a la escuela, nos han anegado.
Es reconfortante saber, sin embargo, que la gran parte de
los maestros piensan que las leyes tienen muy poco que ver con
los cambios, ni en positivo ni en negativo. El día que nuestros
países decidan de verdad que quieren garantizar a todos los niños
una buena escuela, dejarán de pensar en reformas legales y se
dedicarán exclusivamente a la formación de los maestros. La
garantía de una buena escuela son unos buenos maestros.
Dejemos pues a los niños que fluyan y desarrollen sus
capacidades a su ritmo. Que derrochen su creatividad, su fantasía
y su pensamiento divergente en aquello que les apasione, sin
ataduras, sin etiquetarles ni agobiarles. Ahora les toca descansar
un poco de horarios, de deberes y abrigarse de naturaleza, de
movimiento, de diversión y, por supuesto, de aprendizaje no
sistemático, como no puede ser de otra manera en la infancia. Lo
lógico y natural.
Equipo directivo.
Lo lógico y natural en la infancia.