Antes no es mejor.
Bienvenidos velardenses a otro nuevo número de nuestra
revista del cole. Y ya van ocho.
Como siempre sería imposible dejar constancia de todo lo
que ha acontecido este curso en el colegio.
Pero la cuestión es que tampoco se trata de hacer cosas por
hacer ni de hacer cosas antes de que el ritmo natural de los
alumnos lo exija.
Jorge Bucay narra en uno de sus relatos cómo una niña -la
madre del escritor-, deseosa de colaborar para que una mariposa
asome de su crisálida y comience a volar, decide cortar
prematuramente el capullo con unas tijeras. En consecuencia, la
mariposa que emerge nunca logra desplegar las alas, y muere.
Entonces… ¿a qué ese afán de llevar a cabo aprendizajes
prematuros…? ¿a qué tantas pruebas estandarizadas a los
alumnos con unas edades en las que no tiene ningún sentido -al
menos pedagógico-, hacerlas?... Los procesos por los que el
alumno tiene que atravesar para conquistar cualquier aprendizaje
son tan importantes como el aprendizaje mismo.
¿A qué tanta prisa?... Todo en la Naturaleza, que es sabia,
lleva su tiempo. Antes no es mejor. ¿Es necesario contagiar
nuestras prisas a nuestros alumnos e hijos? En países como
Finlandia, país que todos conocemos por su excelencia educativa,
los alumnos no se escolarizan hasta los siete años. Es entonces
cuando empiezan a leer, a escribir, a llevar a cabo aprendizajes
más reglados y de una forma más sistemática. Ya están maduros,
como el capullo de la mariposa del cuento de Bucay.
Ciertamente las leyes no ayudan…Que en el prólogo de la
LOMCE se hable de que la competitividad sea el motor del
aprendizaje es impresionante. Creo que todos los que se dedican
a la educación están de acuerdo en que la escuela debe ser un