Revista Usuré Antropología y Transformación Social | Page 13

Por Ximena Segura José Luis Amador es antropólogo costarricense, máster de la Uni- versidad de Costa Rica y trabaja- dor del ICE por años. Su actividad laboral en la Zona Sur de Costa Rica le permitió vincularse con la realidad de algunas comunidades de esta región. En los últimos años se ha preocupado por estudiar y promocionar las identidades de los pueblos del Sur poniendo en alto valor la diversidad cultural de este territorio. Tuvo la oportu- nidad de trabajar con la comuni- dad indígena de Curré donde rea- liza su investigación de maestría en torno al tema de la identidad étnica (1999-2002). Posteriormen- te, desarrolla una investigación histórica sobre la comunidad de Potrero Grande en Buenos Ai- res de Puntarenas, a partir de la cual realiza una amplia reflexión sobre la herencia cultural chirica- no-panameña en la zona. También colaboró con el Museo Nacional con aportes puntuales durante la fase final del proceso de elabo- ración de la declaratoria de Los Sitios Arqueológicos con Esferas de Piedra como patrimonio de la humanidad (2013). Complemen- tariamente, le fue encargada una etnografía de las comunidades aledañas a los sitios arqueológi- cos, Finca 6 (2014) y Cañablancal (2015). A través de estos estudios, José Luis conoce de primera mano la realidad y la historia de varias comunidades del cantón de Osa. Amador es también fundador del grupo de facebook llamado PEN- SANDO EL SUR. CULTURA, IDENTIDAD Y SOCIEDAD, con el cual pretende mantener “la re- flexión acerca de la historia, la cultura y las identidades de los diversos pueblos que constituyen el Sur de Costa Rica”. Conside- rada esta experiencia, podremos comprender algunas perspecti- vas y experiencias que José Luis nos compartió respecto a la di- versidad cultural de la Zona Sur que él conoce, sus realidades y sus problemáticas: “Frecuentemente lo repito; yo creo que el aporte profesional que he podido realizar en torno a esta región, radica en que esta reali- dad ha sido significativa para mí, porque ha sido un hallazgo perso- nal que me ha llenado de alegría y entusiasmo. Yo soy una perso- na apasionada: trabajo los temas porque creo que son importantes, pero también porque de alguna manera me apasionan y son signi- ficativos para mí, y por eso hago mi apuesta por esas cosas. El Sur de Costa Rica, un país de colores. Uno de esos temas es la diversi- dad étnica y cultural del Sur. Con frecuencia le digo a la gente, a la misma gente del Sur, les digo, les voy a hablar de un país de colores que no es otro sino su propia tie- rra, su propio pueblo. Porque los niños de Buenos Aires, por ejem- plo, desconocen Boruca, descono- cen Térraba, Salitre o los territo- rios ngäbes. Estamos hablando de once territorios indígenas en todo el Sur. Entonces hay una realidad multicolor del sur que es desco- nocida por el Valle Central, pero también, a veces pienso que es desconocida por la misma gente del Sur. Y ocurre que en la me- dida en que esta realidad no esté siendo puesta en valor, ellos mis- mos tampoco asumen con alegría y con fuerza la construcción de esa diversidad y su futuro. Algu- nos se quedan en su localismo: yo soy teribe o yo soy boruca, lo que no está mal. Pero lo maravilloso del Sur, es que es una región que está hecha de muchas pequeñas sub-regiones, de muchas peque- 13