Revista Tribu Edición 1 | Page 10

Las características de un buen café pueden medirse por su sabor y su olor. Pero también pueden medirse según sea la atención de la persona que lo prepare, del sitio donde se sirva o, incluso, la información que se tenga sobre el origen geográfico del grano que se está consumiendo en la bebida.

Definamos un buen café...

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El servicio es una habilidad muy importante, los procesos y técnicas que hay detrás del proceso de preparación se deben transmitir al consumidor para que sepa por qué esta taza de café es mejor que otras:

“Fuera de preparar una taza de café, hay que transmitir algo más y es la parte de la agricultura y lo que hace el agricultor para que yo obtenga una taza de café” Afirma Andrés Hernández, caficultor, barista y catador de café formado en Arte y Pasión.

Ahora plantee el siguiente escenario en su mente. Un amigo lo invita a tomarse un café. Al llegar al sitio le explican que la taza de café que usted está a punto de beber, es proveniente de la finca “La Primavera” en Armenia, cosechado, madurado y tostado por la familia Bohorquez. Además que su bebida fue preparada con 45 gr de café por 50 ml de agua a una temperatura de 95ºC y que, para lograr una nota dulce, se le adicionaron 5cm3 de suero de piña para ser posteriormente enfriado por hielo seco y servido en la taza que tiene al frente.

Seguro que después de esto, usted tendrá un dato curioso para conversar con alguien o por lo menos sumará una pregunta existencial a su vida la próxima vez que pida un tinto en cualquier sitio.

El servicio resulta ser una habilidad muy importante que el barista debe manejar con destreza; ofrecer la información de porqué una bebida puede ser mejor que otras:

El servicio es una habilidad muy importante, los procesos y técnicas que hay detrás del proceso de preparación se deben transmitir al consumidor para que sepa por qué esta taza de café es mejor que otras: “fuera de preparar una taza de café, hay que transmitir algo más y es la parte de la agricultura y lo que hace el agricultor para que yo obtenga una taza de café” Afirma Andrés Hernández, caficultor, barista y catador de café formado en Arte y Pasión.

Imagine que usted compra un tinto en la mañana a una señora que atiende un puesto de ventas ambulantes en una calle de la ciudad. Si cuenta con suerte, tendrá un café “neutral”, con un sabor que a la mayoría de gente se aceptaría ya sea que lo disfrute o no. Al terminar, usted seguiría su camino y ese tinto seguramente pasará al baúl de los recuerdos que se esfuman en la cotidianidad del día a día.

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