Travesías Didácticas Nº 31 • Diciembre 2019 | Page 53

1) La escolaridad previa y su influencia en las posibilidades e intereses infantiles. 2) La conformación inicial del grupo y la disolución posterior del mismo. 3) El apoyo o las presiones de las familias influenciadas por el desconocimiento sobre la cultura de integración de edades. 4) La articulación con la escuela primaria y el trabajo con los cuadernos como parte de la misma. 5) Las especificidades de las actividades según los diferentes subgrupos. 6) El desconocimiento o desorientación de los docentes a la hora de pensar las propuestas, el necesario sostén de los directivos. 7) El compromiso que se toma con los niños y sus familias en garantizar los conocimientos pertinentes a cada edad y sala. 1) La escolaridad previa y su influencia en las posibilidades e intereses infantiles. Sin lugar a dudas se perciben diferencias entre los niños que ya han iniciado su escolaridad en años anteriores y aquellos que recién ingresan al jardín. Esto se observa con mayor frecuencia en las salas multiedad que incluyen niños de 3 y 4 años. La adaptación de los que recién ingresan exige del docente mayor atención, mientras que los niños que ya tienen escolaridad previa demandan actividades según sus intereses y posibilidades. En estos momentos del año, como por ej. es el período de inicio, es fundamental la previsión por parte del docente de una planificación y organización de actividades para los diferentes subgrupos de alumnos. También contar con la colaboración de los Equipos de conducción, maestras celadoras y de los docentes curriculares que trabajarán con el grupo de alumnos. 2) La conformación inicial del grupo y la disolución posterior del mismo. Con todos los grupos se debe trabajar fuertemente, y muy especialmente al iniciar el año, sobre la conformación de lo grupal; la particularidad de las salas multiedad implican que acercándose a la finalización del ciclo lectivo se deba comenzar a trabajar el despegue que significa que una parte del grupo se integre en otra sala, y otra se quede y reciba en el mismo a nuevos integrantes. 3) Las resistencias y presiones de las familias debido al desconocimiento sobre la modalidad de integración de edades. Si bien las familias pueden o no apoyar la decisión institucional de integrar edades en un mismo grupo, es fundamental trabajar sobre las fortalezas y comunicar a las familias sobre los beneficios de los intercambios entre niños de edades diferentes. 4) La articulación con la escuela primaria y el trabajo con los cuadernos como parte de la misma. En las salas multiedad que incluyen niños de 4 y 5 años se presenta una característica particular referida al futuro ingreso de parte del grupo a primer grado. En este sentido, se observan prácticas diferentes en las distintas salas multiedad. En algunos casos las 51