Revista Traveling Julio-Agosto Número 33 | Page 30

Dublín, un fin de semana en el corazón de la isla esmeralda DUB Un Fin de semana en el corazón de la isla esmeralda D e raíces celtas y vikingas, esta ciudad europea llena de curiosi- dades, historias y leyendas hace del verde su color, del trébol (shamrock) su símbolo y del duende (lepre- chaun) su ser mítico. Su nombre proviene del gaé- lico, Dubh Linn, traducido como “pozo negro”. Nunca conquistada por los romanos, Irlanda tiene un ADN distintivo poco común en Europa; celtas convertidos al cristianismo en el siglo V y vikingos desde el siglo X, son sus principales señas de identidad. Una pos- terior invasión anglonormanda en el siglo XII que determina su anexión al Reino de Ingla- terra, configura a grandes ras- gos su historia. Toda Irlanda es muy dada a leyendas y supersticiones y Dublín no podía ser menos; tal vez sean legado celta aunque la historia y la necesidad de mantener la religión católica en clandestinidad durante la ocupación británica, nada me- nos que siete siglos, obligaron a los irlandeses gaélicos a 30 - traveling - coloralia Por J.P. Mencía practicar sus ritos en lugares tan raros como las tabernas, en- vueltos en un ambiente cuanto menos raro. Desentrañando his- torias una de ellas es la de las puertas de colores, una de las percepciones más llamativas cuando se llega a Dublín. ¿Por qué cada puerta es de un color?. Una de las respuestas alude al consumo del alcohol. Se volvía a casa tan borracho después de una tarde de tabernas y pubs, que era frecuente confundirte de casa al confundir la puerta. No debemos olvidar que Irlanda es el segundo país de más consumo de cerveza tras la República Checa. Pero hay otra historia o leyenda que explicaría este he- cho; se trata de una protesta o falta de conformidad con la deci- sión de la Reina Victoria cuando enviudó que mandó pintarlas de negro en todo el Reino Unido, decisión ésta que no gustó nada a los irlandeses que hicieron todo lo contrario. Otra de esas leyendas tiene como protagonista el Cam- panile del Trinity College; sólo cuando se tiene la diplo- matura, no antes pues no te gradúas, puedes pasar por debajo. El Callejón de los 40 escalo- nes de la muralla medieval; la Estatua de Molly Malone, cuya canción es el himno ofi- cioso de Dublín y esa doble vida que parecía tener esta vendedora de pescado; los dos cuerpos momificados en la cripta de la bellísima Christ Church, no se asusten pues son un gato y un ratón momifi- cados atrapados en su órgano en 1860; la dama verde y la piedra de la suerte de la Igle- sia de Sant Audoen, son ejem- plos de la pasión irlandesa por las historias y leyendas. ¿Os imagináis qué sería de Dublín sin sus historias?. Dejando a un lado el mundo de las leyendas, especialmen- te representativo del carácter reivindicativo y luchador del espíritu irlandés, así como homenaje a su historia, es el Monumento a la Hambruna