son también un recuerdo muy valioso. Las
muestras de solidaridad y camaradería entre competidores, que surgieron en todas
las carreras donde participé, sin excepción,
catalogan como una experiencia humana
inolvidable”, cuenta Sebastián Calvano, un
economista porteño de 29 años que con vasta experiencia hizo seis orientatlones, participó dos veces en La Misión (una trailrun de
150km en el que se duerme en la montaña),
corrió dos veces la carrera que une Yerba
Buena y Tafí del Valle en Tucumán y completó tres Conquista tu Cumbre (la última el 12
y 13 de octubre en Mendoza donde atravesó
100km en la zona cordillerana de Los Molles).
Para muchos el secreto del éxito es que la
montaña ayuda a los corredores a escapar de
la monotonía urbana. María Clara Serino, una
atleta de 43 años y coach del grupo de entrenamiento Pasión por Correr cuenta: “Hubo
un momento en el que ya había cumplido un
ciclo con las carreras de pista, calle y maratón, y entonces me decidí por la montaña. El
entrenamiento para la montaña es diferente,
hay que agregar cuestas, escaleras y buscar
terrenos diversos, lo cual es motivante”.
Como muestras del crecimiento aparecen
datos contundentes: solo en Neuquén capital
hay seis grupos de entrenamiento distintos
con casi 200 miembros cada uno, y en julio
de este año la Argentina logró conformar