Revista Tarapaca Insitu Nº8 TarapacaINSITU_08 | Page 16

C arlos González Silva, profesor de la Universidad de Tarapacá y Armando Azúa-Bustos, del Centro de Astrobiología, de España, han contribuido con una serie de hallazgos al conocimiento científico mundial, gracias a una colaboración que comenzó en el año 2009, cuando publicaron su primer “paper” sobre microbiología ambiental. “Esta investigación comenzó en una cueva en la costa, en las cercanías de Antofagasta, que nos llamó la atención porque en su interior las paredes estaban verdes. En un principio pensamos que se trataba de cianobacterias, lo cual no tiene mucha relevancia científica, porque estas células tienen una distribución muy amplia”, dice González. Pero un análisis más detallado, agrega, les permitió descubrir que se trataba de una especie de microalga llamada Cianidium, de lo cual “lo único que se sabía es que habita principalmente en aguas termales. Esto nos permitió –agrega- realizar la primera descripción de Cianidium en un ambiente diferente. Además, pudimos constatar que es muy eficiente, ya que con la poca luminosidad que llega dentro de la cueva, es capaz de hacer fotosíntesis y mantenerse viva”. EL DESIERTO SORPRENDE TODOS LOS DÍAS A LA CIENCIA UN ENCUENTRO FORTUITO, EN LOS ESTUDIOS DE POSTGRADO EN SANTIAGO, TIENE A DOS CIENTÍFICOS CHILENOS EN LA CÚSPIDE DE LA INVESTIGACIÓN SOBRE VIDA EN EL DESIERTO NORTINO Y, ADEMÁS, EN LA MIRA PARA LO QUE –EVENTUALMEN- TE- PODRÍA SER EL DESCUBRIMIENTO DE VIDA EN MARTE. OTROS HALLAZGOS Continuando con estas salidas a terreno, señala el profesor González, también en la costa de nuestra región y casi al llegar a la desembocadura del río Loa, encontraron otra caverna muy interesante. La Dunaliella fuera del agua, encontrada en una cueva costera. 16 tarapacáinsitu En esta había mucha tela de araña, la que estaba de color verde. “También pensamos que se trataba de microalgas del tipo cianobacterias, pero al analizarla, encontramos que era una microalga llamada Dunaliella, que tiene importancia biotecnológica. Esto también fue una sorpresa, ya que era la primera vez que se describía una Dunaliella fuera del agua”. De acá salió un segundo “paper”. Esta microalga sobrevive gracias a las gotas de agua tipo rocío que se pega a la tela de araña, señala. “En esta cueva, a la parte inicial le llega un poco de luz pasado el mediodía, lo que le permite a la Dunaliella hacer algo de fotosíntesis y mantenerse”. Con esta inves- tigación, señala, “propusimos una forma alternativa de la evolución de los árboles, ya que se piensa que las plantas terrestres provienen de algas marinas. Con este descu- brimiento podemos pensar en otra alternativa: que los árboles terrestres se formaron a partir de estas microalgas. O por lo menos, pensar en una forma de colonización de los microorganismos desde el ambiente marino al terrestre”. CUARZO TRANSPARENTE Siguiendo con estas campañas en terreno, cuenta el profesor González, “nos encontramos con una curiosidad que ocurre en el desierto costero. En Antofagasta hay un cerro con mucho cuarzo y debajo de esas rocas (del tamaño de una mano) hay una variedad