Revista Summa Coaching 13 Edición EDICIÓN 13 | Page 55
> DIVORCIADOS Y FELICES
nos vamos acostumbrando a nuevas
rutinas y circunstancias. Y cada uno a
su tiempo va procesando esta nueva
información que le va a dar paso a las
emociones siguientes. La alegría pue-
de llegar a aparecer incluso en esta
etapa; estamos queriendo mirar para
otro lado y distraernos de una reali-
dad que amenaza con golpearnos. Entonces llega la tristeza. Una emo-
ción que tiene mala prensa. Lo cierto
es que la tristeza no es buena ni mala;
al igual que otras tantas emociones
llega a nosotros para decirnos algo.
La tristeza suele decirnos que eso que
perdimos tiene un valor para nosotros
y nos invita a reflexionar sobre la im-
portancia que le estamos asignando.
El enojo y la bronca también son muy
lógicos, aún en aquellos casos donde
la separación se da en un contexto de
diálogo. Tanto con uno mismo o con la
otra persona vamos a experimentar el
enojo por esa empresa llamada pare-
ja o familia que hoy ya no esta funcio- La etapa del dolor tal vez se vea teñi-
da por todas estas emociones juntas
o con la predominancia de alguna de
ellas.
Al dolor podemos enfrentarlo como
una oportunidad de aprendizaje so-
distrae. El punto es que la anestesia
acalla el síntoma y éste siempre busca
decirnos que hay algunos cambios y
ajustes que necesito hacer en mi vida
para recuperar el equilibrio.
La buena noticia es que después de
todo este proceso podemos recupe-
rar el equilibrio, la paz y la felicidad.
Y que si queremos transitarlo acom-
pañados, existen profesionales que
son expertos en estos temas. Ellos
nos pueden acompañar a cruzar este
mar que por momentos se torna muy
bravío. Cuando se desatan esas tor-
mentas en las que nos tapan las olas y
sentimos que estamos por ahogarnos,
nando. El sentimiento de frustración
se confunde con la bronca porque
sentimos la necesidad de encontrar
un culpable o responsable.
Se rompió o se disolvió un proyecto
que de seguro estaba entre los más
caros de nuestra vida. Nos vemos
obligados a diseñar un proyecto nue-
vo después de tanto tiempo, amor y
trabajo depositados en ese que ya no
existe.
bre nosotros mismos y sobre lo que
queremos para nuestra vida, aunque
también podemos querer evitarlo. En-
tonces es cuando recuerdo que no so-
mos responsables de lo que sentimos;
somos responsables de lo que hace-
mos con eso que sentimos. Las ganas
de evitar el dolor es muy probable
que las tenga, en general a nadie le
gusta sentir dolor; el riesgo de querer
evitarlo es anestesiarme, lo cual ya sa-
bemos que no soluciona el problema,
solo me calma un poco el dolor y me
es cuando necesitamos pedir ayuda y
contar con nuestra red de contención.
Esa red debería estar conformada por
familiares, amigos, colegas y en espe-
cial por un profesional de confianza.
Busca al profesional adecuado para
que te acompañe en este proceso.
Transitarlo s olo no es imposible, pero
hacerlo con un experto te va a ahorrar
unos cuantos golpes.
2018
[...] No somos responsables de lo que sentimos; somos
responsables de lo que hacemos con eso que sentimos.
55
@revistasummacoaching