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5 Al día siguiente reunió a sus mejores amigos y les expuso el misterio: —Mi agencia de detectives nunca se ha encontrado con un misterio tan compli- cado —les informó— Necesito de su ayuda. Tenemos que averiguar por qué a mis padres les da un ataque de risa cuando les pregunto sobre ¿Cómo nacen los be- bés? No logro explicármelo. —Eso pasa porque les da pena hablar de ese tema —dijo de repente su amiga Marcela. —¿Y tú cómo lo sabes? —le preguntaron los demás compañeros. —Porque cuando yo hago las mismas preguntas a mis padres, a ellos les da ata- ques de tos. —¡Ataques de tos! —se sorprendieron todos. —Pues cuando mi prima Estefany resultó embarazada en el Colegio, yo les pre- gunté que cómo se embarazaban las mujeres, y de repente les dio un ataque de tos tan grande que tuvieron que irse de la habitación y no me respondieron. —Pues a mis padres les da es ataques de ceño fruncido —continúo Martha — Y eso, ¿qué es? —preguntaron todos. —Pues si les pregunto, por ejemplo, sobre si es verdad que al acostarse con un hombre, la mujer se embaraza, se quedan callados, muy muy serios, y con el ce- ño fruncido, o sea, con la frente arrugada como uva pasa, los ojos chiquititos co- mo cabezas de alfiler, y la boca cerrada como si tuviera un candado que se la impidiera abrir, pregunté eso porque esa noche había tenido que dormir con mi hermano ya que no había otra cama y me daba miedo quedar embarazada, pero ellos se sonrojaron y no me contestaron nada.