Revista SICES - Segunda Edición 2019 Julio 2019 | Page 20

14 Ciencias de la Educación, Humanidades y Artes A partir de esta propuesta de Bell, los acelerados cambios en la aplicación de la ciencia y difusión de la tecnología a todas las áreas de la vida humana han venido explicándose con el uso de expresiones análogas a “sociedad de la información”. Así, aparecen las ideas de “tercera ola” de Alvin Toffler, “sociedad del conocimiento” de Peter Drucker y “sociedad informacional” de Manuel Castells (Figueroa 2011). Aunque no son exactamente equivalentes, estas expresiones comparten entre sí la idea de que “el conocimiento y la infor- mación [son] los factores de produc- ción más importantes de la sociedad actual, en comparación con la tierra, el trabajo y el capital” (Figueroa, 2011). Por ello se ha elegido la expresión sociedad del conocimiento porque la construcción de ese conocimiento es parte del quehacer fundamental de las universidades. De acuerdo con Krüger (s.f.) la socie- dad del conocimiento se caracteriza por la importancia que este último cobra: las decisiones políticas depen- den cada vez más de una legitimación científica, lo que implica la necesidad de expertos y asesores; las universi- dades pasan de ser instituciones elitis- tas a abrirse a recibir un número cada vez mayor de estudiantes; el trata- miento de la información, el análisis simbólico y los sistemas de expertos se convierten en dominantes respecto a otros factores de reproducción social; tanto el conocimiento en general como el conocimiento de los expertos en particular es sometido a un proceso de revisión continua. Esta sociedad del conocimiento tiene como plataforma principal al Internet (Silvio, 2000) y se desarrolla en un mundo globalizado que se distingue por “la trascendencia de fronteras para la producción y distribución de bienes y servicios, lo cual se fundamenta sobre la virtualización de la economía, más bits y menos átomos para funcionar” (Negroponte, citado por Silvio 2008). En ese sentido, las universidades como instituciones generadoras de cono- cimiento se miran retadas a hacer uso de la tecnología para establecer víncu- los más allá de las fronteras y preparar a sus graduados para la economía mun- dial de la globalización, que tiene en su esencia la virtualización. En un nivel más específico, los estudios de posgrado son espacios universitar- ios de construcción del conocimiento privilegiados, en donde se terminan de formar las competencias para la inves- tigación y estas se ponen en acción a través de la elaboración de trabajos de tesis. Bajo este marco, las tecnologías de la información y la comunicación son importantes herramientas para la producción, organización y comuni- cación de este conocimiento. Entonces, el uso de entornos virtuales para la enseñanza en los posgrados permite el acercamiento de los estudiantes con estas herramientas y para aquellos que no son nativos tecnológicos, provee el espacio perfecto para la adaptación a su uso. Por otro lado, la mediación virtual expande las fronteras de estudiantes y docentes, facilitando la comunicación e interacción asincrónica no sólo entre estos, sino con sus pares en otras partes del mundo. Aunado a lo anterior, y siguiendo a Silvio (2000) la sociedad del cono- cimiento trae consigo un nuevo para- digma de enseñanza en la Educación Superior, en el que la tecnología es el medio idóneo para hacer efectiva una educación centrada en el estudiante, menos directiva, más individual- izada, constructivista e interactiva. En refuerzo a esta idea se puede identifi- car que en las conferencias mundiales sobre Educación Superior, celebradas a partir de finales de los años noventa, se comienza a hacer referencia al uso de las tecnologías de la información y la comunicación como herramien- tas imprescindibles para la enseñan- za-aprendizaje y, además, se impulsa con fortaleza la idea de superar las prácticas educativas tradicionales así como el imperativo de aprender a conocer, a hacer, a vivir juntos y a ser, como pilares fundamentales de la edu- cación promovidos por la UNESCO mundialmente. B. Las modalidades virtuales en la Política Regional de Gestión de los Posgrados El Consejo Universitario Regional CSUCA, del cual la UNAH es parte, fue fundado en 1948, como un órgano de desarrollo, fortalec- imiento e integración de la Educación Superior universitaria pública en la región centroamericana; de este con- sejo se desprende el Sistema Regional de Investigación y Posgrados (Sircip) al que está adscrito el Consejo de Posgrado del cual la UNAH es integrante. Como resultado de los esfuerzos real- izados por los miembros que con- forman el Consejo de Posgrado, y para conocer la realidad de la gestión académico administrativa de los pos- grados, se realizó un diagnóstico denominado Diagnóstico Situacional sobre los Sistemas de Estudio de Posgrado en las Universidades del CSUCA, convirtiéndose este en un insumo para la elaboración de la política Regional de Gestión de los Posgrados, conformada por ocho prin- cipios y cuatro ejes temáticos. La Política Regional de Gestión de los Posgrados se concibió para ori- entar el curso de las acciones de las