Silverio Jesús González Téllez . El Proyecto Pedagógico de Simón Rodríguez para la Educación en Ecuador .
Revista Scientific - Artículo Arbitrado - Registro n º: 295-14548 - pp . BA2016000002 - Vol . 4 , N º 14 - Noviembre-Enero 2019-2020 - pág . 308 / 327 ISSN : 2542-2987 - ISNI : 0000 0004 6045 0361 didáctica y producción de una Escuela Social .
Tiene mucho sentido entonces que Bolívar ( 1824b ): haya llamado a Rodríguez el “ Sócrates de Caracas , mí Sócrates ” ( pág . 172 ). Para García- Bacca ( 1990b ), de formación filosófica , ese símil de Sócrates con Rodríguez , tiene mucho sentido ya que una de las acusaciones en el juicio contra Sócrates , el de Atenas , fue : “ no creer en los dioses en que cree la ciudad ” ( pág . XIII ); y eso mismo ocurrió con el Sócrates caraqueño .
En su lecho de muerte , en una vivienda mísera de Amotape , a finales de febrero del año 1854 , su acompañante Camilo Gómez , y fuente de este testimonio , cree que le hace falta un cura para confesar al maestro . Cuando el cura llegó y requirió su confesión , Rodríguez le dijo según Rumazo ( 2006c ): que “ no tenía más religión que la que había jurado en el Monte Sacro ” ( pág . 133 ).
Ciertamente , Rodríguez creía firmemente en la razón y en la libertad . Para Paladines ( 2008h ): era un hombre de la Ilustración más romántica ( pág . 161 ). Creía además que nacemos con grandes bondades y potencialidades pero que las tradiciones , herencias y costumbres nos vuelven repetitivos , rutinarios , instintivos , lo cual tiene una clara resonancia de la idea del “ buen salvaje ”. Por eso su insistencia en alumbrar , dar luces y resucitar las palabras muertas .
Pero su relación con la alteridad siempre fue problemática . Se cambió su nombre por Samuel Robinson cuando vivió en Norteamérica y en Europa y luego volvió a retomar su nombre de Simón Rodríguez al regresar a Suramérica . Un juego de espejos e identidades que también atraviesa la cultura latinoamericana . Pero este Robinson no logra , a su regreso , su proyecto de colonizar la isla , como si lo hizo Crusoe . A Rodríguez no le queda más que , aislarse del mundo o vagar eternamente de un lado a otro , convirtiéndose él mismo en una isla , en un naufragio . A lo que Calderón y Fierro ( 2013c ): llamaron la “ quijotización de Robinson ” ( pág . 32 ). Ante los
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