Revista Scientific Volumen 4 / Edición Especial - Septiembre 2019 | Page 177

Es importante reflexionar sobre el impacto que tendrá en los modelos económicos la creciente demanda de tecnología. La primera y segunda revolución industrial trajeron consigo profundos cambios que aun hoy en día no han sido superados en su totalidad, por lo que se puede inferir que este nuevo cambio industrial repercutirá en los grandes centros económicos, exportando sus consecuencias a los demás países dependientes de la tecnología que estos generan. El crecimiento de la población que se dedica a la industria de la tecnología marcará el rumbo definitivo que seguirá la economía y la generación de empleos del nuevo milenio. Actualmente, el auge de las tecnologías conduce a una serie de estructuras modificables desde varios puntos de vista, configurando de esta el quehacer cultural, donde el acceso a la información es el vértice principal. ¿Pero estamos aprovechando de verdad todo el potencial que nos brinda las nuevas tecnologías para obtener un verdadero bienestar en este nuevo modelo? Al pasar los años, se inicia el proceso de transformación en la vida y el quehacer de los hombres, las organizaciones, por esta razón, las diferentes formas de expresar la información a partir del manejo de la tecnología han permitido crear, distribuir y manipular la información como papel esencial para las actividades que se desarrollan en lo social, cultural y económico. De esta manera, la sociedad de la información conduce al manejo de disposiciones históricas que se amalgaman con las transformaciones en cuanto a la mentalidad desde las épocas más antiguas. En cuanto al día a día, la información implica una realidad que se construye con cada actor. La tecnología educativa como disciplina académica parte en la segunda guerra mundial, para el año de 1946, se implementó como materia de enseñanza en el currículo de la Universidad de Indiana, en el programa de postgrado, bajo la denominación de Educación Audiovisual. La sociedad del 176 Arbitrado información.