Universidades. En la misma se establecen un conjunto de lineamientos que
rigen las acciones y estructura organizativa encargada de atender esta
materia; específicamente en lo relacionado con los Programas de Maestría,
dicha normativa elaborada por el Consejo Nacional de Universidades (CNU,
2001b, artículo 24), plantea que: para la obtención del grado de Magister se
exige la aprobación de veinticuatro (24) Unidades Crédito en actividades
curriculares, así como la elaboración y aprobación de un Trabajo de Grado,
asistido por un Tutor. Esto último representa un aspecto importante que
atender para el contexto de lo planteado en el artículo, por cuanto dicho
Trabajo debe ser elaborado por el estudiante con el apoyo de un Tutor.
2.2. Tutor y Función Tutorial: historia, concepciones, tipología y
reflexiones
Antes de iniciar algunas consideraciones en relación con los tutores y
sus competencias, es importante clarificar el umbral etimológico de la palabra
tutoría con el fin de contrastar su origen con la aplicación actual del vocablo.
A su vez, este recuento pudiera convertirse en un elemento para la reflexión y
posible conversión del conocimiento en educación universitaria (López, 2016):
por cuanto, para la consolidación de acciones que permitan asumir
verdaderamente los aportes y tendencias generadas desde la esencia de cada
función y proceso educativo a desarrollar, se requiere conocer el origen de los
mismos con el fin de rescatar lo esencial, ajustando las estrategias.
Etimológicamente la palabra tutoría proviene del latín tutor, tutor-óris
que significa protector y éste, al mismo tiempo, surge del verbo tueri que quiere
decir observar o vigilar. Más en detalle destaca el hecho de que la palabra se
conforma por la agrupación de tres núcleos que son: tueri (sinónimo de vigilar
o proteger), tor que significa agente y el sufijo ia que equivale a cualidad.
Desde esta perspectiva, el vocablo tutoría representa la autoridad para
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Arbitrado
Instituciones debidamente autorizadas por el Consejo Nacional de