1. Consideraciones Generales
En la actualidad se observa un notable interés por la incorporación de
animales en diferentes disciplinas relacionadas con el trabajo terapéutico en
el ámbito de la salud humana, por lo que este tema se ha convertido en foco
de numerosas investigaciones científicas.
Autores como Chandler (2005), citado por Maestre (2015a, pág. 4),
establece que “las Terapias Asistidas con Animales se están desarrollando
notablemente como actividad terapéutica, ofreciendo una interacción positiva
entre el humano y el animal, facilitando su recuperación y mejora de la actitud
y actividad personal”.
Según Mendoza (2017a, pág. 4), “el vínculo humano-animal puede traer
muchos beneficios medibles, ayudando a controlar los niveles de depresión,
reducción de estrés, aliviar el sufrimiento y la ansiedad, entre otros”.
De la misma forma, autores como Tsai, Friedmann y Thomas (2010);
Johnson, Meadows, Haubner y Sevedge (2008), citados por Mendoza (2017b,
pág. 4), destacan los beneficios de la compañía de animales “como un recurso
para afrontar enfermedades crónicas y su tratamiento”.
En la actualidad poco se discuten las utilidades que supone la
incorporación de animales en los protocolos de atención de personas con
discapacidad, así como en programas dirigidos a sectores que requieren una
ayuda especial, como puede ser la población penitenciaria, ancianos, niños en
zonas urbanas deprimidas o con dificultades de aprendizaje.
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Arbitrado
“Cuando exhortas el poder de un animal, estás pidiendo ser
envuelto en armonía completa con la fortaleza de la esencia de
esa criatura. Adquirir comprensión de estos hermanos y
hermanas es un proceso de curación, y debe ser abordado con
humildad e intuición”
Jamie Sams y David Carson (1992)