Históricamente la economía de Venezuela se caracterizó por ser
productora y exportadora de una serie de rubros agrícolas y pecuarios para la
obtención de sus principales ingresos, donde destaco el cacao, el café y el
ganado vacuno, los cuales se mantuvieron en el mercado por muchos años,
convirtiéndose como la principal fuente generadora de riquezas para el país
de la época. Luego este tipo de economía sufriría una transformación drástica,
con el surgimiento de un nuevo recurso natural no renovable como lo es el
petróleo, causando un gran impacto en el modelo económico ya que el país se
convirtió en mono productor, dando paso a un auge positivo para ese entonces
debido al incremento del nivel de ingresos obtenidos producto de las
exportaciones petroleras. Esto sirvió para el fortalecimiento del sistema
financiero venezolano y a su vez ayudo con el aumento del producto interno
bruto (PIB), permitiendo un considerable cambio en toda la estructura
económica del Estado.
En referencia a este indicador macroeconómico se puede citar a
Krugman y Obstfeld (2006a), donde afirman que:
La mayor parte de los países, excluyendo a Estados Unidos,
han utilizado desde hace tiempo su producto interior bruto (PIB)
en vez del PNB como su principal valoración del nivel de
actividad económica nacional. En 1991, Estados Unidos
empezó también a seguir esta práctica. Se supone que el PIB
mide el volumen de producción realizado dentro de las
fronteras de un país. El PNB es igual al PIB más los ingresos
netos de renta de los factores procedentes del resto del mundo.
(pág. 302).
Actualmente la industria petrolera es la más grande del país y se ha
mantenido como la principal fuente generadora de ingresos a través de las
exportaciones a diferentes países de todo el mundo, lo que paradójicamente
ha traído como consecuencia un desequilibrio en todo el sistema productivo
venezolano, afectando directamente el modelo económico nacional. Es decir,
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Arbitrado
1. Introducción