Revista Scientific Volumen 3 / Nº 8 - Mayo-Julio 2018 | Page 33

precisar que cuando las extensiones de una nación son demasiadas extensas hacen necesarios algunos acuerdos que garanticen su permanencia. Con relación al planteamiento anterior, es obvio que Rousseau fue un serio crítico del sistema de gobierno monárquico por considerar que estaba basado en la concentración del poder político en un hombre y, por lo tanto, no representaba al soberano ni a la voluntad popular. De igual forma, no vio con buenos ojos que el monarca dispusiera de la justicia a su antojo y que una gran masa poblacional fuera gobernada por la mano de una individualidad. En ese sentido, esos postulados trajeron graves consecuencias para el autor del contrato social el cual pasó gran parte de su vida en el anonimato. Asimismo, Rousseau (1959l), señala: “Los reyes desean ser absolutos, y desde lejos se les grita que el mejor medio para hacerlo es hacerse amar de sus pueblos” (pág. 905). Es decir, considero que a los monarcas se les adula y los mismos aparentan amar al pueblo, pero desgraciadamente se burlarán siempre de ellas en las cortes. De la idea planteada, se corrobora el gran espíritu de demócrata y valentía de Rousseau. El mismo condenó las luchas internas desde el seno de las monarquías para ostentar el poder político ya que no se consideraban merecedores de gobernar. La ausencia de un monarca que por motivos de salud, fallecimiento e incapacidad para ser príncipe no debe dar cabida para que el trono sea hereditario, sino por el contrario tiene que ser el pueblo que mediante elección libre elija su sucesor. A la vez, planteo que cualquiera que esté ligado a la monarquía no puede ser rey ya que esto exige: trabajo, compromiso, sabiduría y paciencia entre otros aspectos. Elementos estos de lo que carecían un gran número de monarcas a lo largo de historia. 32 Artículo pueden traer consecuencias negativas de gobernabilidad. En torno a esto, se