En los últimos años, se ha asumido que la fuente de la ventaja
competitiva se aloja en la capacidad de las organizaciones para adquirir,
transmitir, y aplicar conocimiento. La praxis gerencial requiere de grandes
actualizaciones e innovaciones que según investigaciones de autores
declaran, que es un período de cambios y de la era planetaria, por lo que se
avecina una etapa con énfasis en el conocimiento y la creatividad para el
progreso y desarrollo de toda la institución. Barroso (2011): puntualiza: “…en
la actualidad el conocimiento se ha situado como el primordial capital que
poseen las personas, las instituciones, organizaciones y naciones para
manejarse en el nuevo orden mundial” (pág. 3).
Según esta postura, se considera que el conocimiento es imprescindible
para mejorar continuamente los procesos organizacionales, por tanto, se
emplea para producir innovación, la generación del conocimiento pretende
ampliar y profundizar el rendimiento de lo que ya se conoce, puesto que el
conocimiento sea cual sea el área de donde provenga debe ser instrumento
para conseguir nuevas e innovadoras ideas en beneficio toda organización, en
términos de epistemología, se diría que es preciso determinar las
intersubjetividades en donde la productividad del conocimiento va a ser cada
día más, el factor crucial en la posición competitiva de toda Institución.
A tal efecto, el conocimiento es hoy el insumo primordial que inspira a
las instituciones universitarias a mantenerse en constante innovación,
alimentando así, su crecimiento y desarrollo académico. Este insumo se
encuentra en cada uno de los miembros de la institución, y en la medida que
las universidades sean capaces de direccionarlo correctamente, lograrán
contar y disponer de la fundamental e importante ventaja competitiva de la
nueva era planetaria, destacándose así como universidades de renombre
académico y organizaciones inteligentes.
Para León, Tejada y Yataco (2003): La organización inteligente es
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Arbitrado
1. Planteamiento Introductorio