cuando parezcan los más insignificantes; dado que la concurrencia es
importante.
Por su parte, Requena (2017): expresa “la formación ambiental
desempeña un papel primordial en la conformación de una conciencia sobre
el saber ecológico” (pág. 291), influyendo en el conocimiento que debe tener
el ciudadano. De acuerdo a esto, se considera que en Venezuela, por sus
características y ubicación geográfica, disfruta de una variedad de condiciones
climáticas; no obstante, se viene registrando cambios que han llevado a un
macado deterioro por la falta de un comportamiento ambientalista y ante los
cuales las personas se muestran indiferentes.
Al respecto Rodríguez (2009): afirma “al ciudadano venezolano no le
preocupa o le es de poco interés los problemas de contaminación y deterioro
ambiental” (pág. 5). Apoyando lo expuesto por el autor, se puede decir la
conducta indiferente ante el desastre de los ríos en su merma continua y de
las montañas que son devastadas por la tala o quema indiscriminada, estas
son una parte del todo lo que está ocurriendo a escala mundial. Atendiendo a
este fenómeno, en las últimas décadas se ha evidenciado un creciente interés
social motivado a los problemas y dificultades ambientales a nivel del mundo,
causado en su mayoría por las actividades humanas, propias del estilo de
desarrollo económico llevado hasta ahora en las ciudades en especial aquellas
industrializadas. Por lo que Castillo (2013), destaca:
La pérdida de la calidad ambiental manifestada en la
disminución de la diversidad biológica, contaminación de las
aguas y del suelo por la presencia de desechos sólidos y
líquidos; deterioro de las bellezas escénicas debido a las
invasiones o establecimiento de poblados marginales, la
expansión demográfica y la poca sensibilización social, entre
otros (pág. 45).
Siguiendo el criterio expuesto, existe consenso en que la educación, es
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Arbitrado
de los causales para medir las consecuencias y aprovechar los aportes aun