de la gerencia, está impregnado de múltiples interacciones, relacionalidades y
enfoques disciplinares. No hay un conocimiento específico que brinde o aporte
todos los atributos que exhibe la gerencia y aprehende y aplica el gerente. La
gerencia tanto en su discurso teorizante como en su práctica cotidiana, es una
especie de crisol donde se forja un conocimiento puesto al servicio del
colectivo y a la permanente búsqueda del bienestar humano como propósitos
cimeros. La visión transcompleja de la gerencia se orienta entonces a una
permanente observación y comprensión de las rupturas paradigmáticas y a las
emergencias epistémicas.
Vocación de servicio: la gerencia como tal, tiene entre sus propósitos,
solucionar problemas, dar respuesta oportuna, útil y veraz. No debe
transformarse en una especie de muralla, donde se estrellen necesidades y
expectativas. La vocación de servicios y de aportes solucionantes, es un valor
gerencial asociado al de responsabilidad social, debe ser una práctica
cotidiana.
Responsabilidad Social: la gerencia en su accionar debe generar un
valor social agregado, más allá del mero cumplimiento de las metas
organizacionales. Significa un compromiso, un pacto de servicio y utilidad, que
trasciende y es plataforma para el reconocimiento social de la organización,
sus procesos, productos y servicios, tanto hacia lo interno de la organización
como hacia lo externo.
Producción de conocimiento: el ejercicio gerencial, independientemente
de la organización o proceso del cual se trate, es una fuente permanente
generadora de información y conocimiento, en la medida que la gerencia se
autoexamine y sistematice los resultados obtenidos, contribuirá con el avance
científico organizacional. En este sentido las organizaciones de carácter
académico tienen una responsabilidad mayor.
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Arbitrado
Complejidad y transcomplejidad: el fundamento teórico y praxeológico