Revista Scientific Volumen 2 / Nº 6 - Noviembre-Enero 2017-2018 | Page 226

todos estos estímulos complicarían más la conducta que está por aprenderse según lo establece, Moles (2000b), para abordar las conductas operativas, que es la motivación inicial de esta investigación, es importante destacar, los comportamientos no operativos de los padres, haciendo referencia aquellas conductas donde ellos manifiestan en sus hijos y que producen un efecto negativo en el desarrollo socio afectivo de la generación de relevo. Entre los más comunes destacan: Irrespetar los sentimientos del niño (por ejemplo, prohibiéndole al niño que manifiesta su desenfado con una situación que lo molesta, castigarlos si se irritan); Ignorar las emociones y sentimientos del niño, los padres en su ignorancia piensan que sus hijos son sistemas cerrados, es decir que no se alimentan de ese entorno afectivo, afectándolo en un gran porcentaje a los padres que no entienden que sus hijos son diversas individualidades. Ahora bien, un padre responsable valora los sentimientos de sus hijos, busca las herramientas idóneas, para resolver el mundo afectivo que se encuentran, sin embargo a veces comente errores en plantear soluciones emocionales alternativas, y piensan que puede controlar y manejar sus emociones inadecuadas, (por ejemplo, pegándoles) que viene hacer la otra cara de la moneda, de igual forma la existencia de tolerancia exagerada, los padres que por principios le permiten todo a sus hijos, pierden la ocasión de enseñarle estrategias conductuales para manejar asertivamente sus emociones. Por consiguiente, los padres deben aprender a valorar las emociones de sus hijos. Partiendo de sus individualidades como un mundo único que puede ser enriquecido con un verdadero amor y respecto, direccionando una existencia sana y feliz. Es relevante destacar que los padres con principios y prejuicios muy rígidos ante la vida no toleran que sus hijos manifiesten ninguna 225 Arbitrado ejercer el sistema nervioso central como centro de la voluntad del hombre,