participación de manera activa, solidaria y consciente de todos los
estudiante, transformando a cada individuo socialmente en cuanto a los
valores e identidad nacional, responsabilidad, amor, justicia y la libertad, que
permita esto contribuir al desarrollo de una conciencia ciudadana para la
conservación ambiental, la paz, entre los pueblos, la defensa, el mejoramiento
y calidad de vida donde elabore sus propios juicios críticos antes los problemas
y conflictos sociales y personales.
En tal sentido, hablar de educación ha sido sinónimo, por mucho tiempo
de estímulos y oportunidades para un desarrollo desde sus primeros años de
vida. A esto se acuña el criterio de Pulido (2013),
En regiones como América Latina, que en conjunto representa un
escenario lleno de dificultadas y amenazas innegables para los niños esta
preocupación por la “normalidad” del desarrollo lleva a los educadores a
enfatizar de un servicio orientado a la prevención de distorsiones y a la
compensación del déficit en el desarrollo educativo.
En consecuencia, la educación ha sido objeto de permanente revisión
en su diseño curricular, el cual en la década de 1998 hasta 2015 se han
presentado dos cambios considerables, el primero lo generó el diagnóstico
realizado por Exministro de Educación el Dr. Cárdenas, quien hizo un llamado
a un Plan de acción el mismo se desarrolló en el Currículo Básico Nacional en
el año (1998), el cual se implantó significativos cambios que permitieron
fortalecer el sistema educativo.
El segundo, llamado Diseño Curricular Bolivariano, que en la actualidad
se concibe como un proceso histórico social, integral y permanente,
sustentado en el preámbulo de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela CRBV (1999), cuyos cambios se puede señalar en términos
generales, como la educación dentro de una perspectiva global; precisamente,
se concibe la creencia de que un mayor tiempo escolar real apoyado en otros
50
Artículo
responsables del hecho educativo, en los procesos de aprendizaje del