La reflexión del pensamiento y actuación compromete al individuo a
asumir sus responsabilidades, tal como señala Barragán (2002) “…educación
y valores son algo inseparable. Los valores siempre se comunican. Lo
importante es discutir cuáles, cómo, quién los elige y si al hacerlo se favorece
o no la autonomía moral” (pág. 7).
Considerando que la forma de pensar y actuar comprometa al individuo.
Así mismo es necesario un esfuerzo de construcción personal que conduzca
a la elaboración de criterios propios. En este aspecto, urge la acción
pedagógica del docente de aula, para que genere procesos que desplieguen
la adquisición de información, su selección, tratamiento, ordenación,
estructuración significativa y su transformación en aprendizaje. Para ello se
requiere de valores que se orienten hacia su capacitación, y de esta forma se
promueva el criterio personal considerando en términos de autonomía, en
grados de autoconciencia, conciencia social progresiva y con implicaciones
profesionales para que se posibilite el ejercicio del pensar competitivo en
términos de calidad.
Por otro lado, Romero (2002), señala que la axiología estudia los
elementos y procesos que inciden en una visión antropológica del valor de la
educación, así ayuda la realidad en forma crítica, desde el punto de vista de
los valores. Contribuye a la operatividad a configurar el proyecto educativo,
desde esta visión, es decir, a partir de un valor. El autor en cuestión refiere que
la axiología no sólo se trata de los valores positivos, sino también de los
valores negativos, analizando los principios que permiten reflexionar que algo
es o no valioso, considerando los fundamentos de tal juicio. La investigación
de una teoría de los valores ha encontrado una aplicación especial en la ética
y la estética, ámbitos donde el concepto de valor, posee una relevancia
específica.
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Arbitrado
2. Desarrollo