Dicho lo anterior, la idea central de esta investigación subyace en la
necesidad de una nueva concepción del modelo productivo que valore el
impacto ambiental, la educación de valores ambientales en la comunidad y la
huella ecológica que deja esta generación y su incidencia a futuro. Dentro del
marco de estas ideas que rodean a esta situación planteada, la educación está
llamada a jugar un papel fundamental, por cuanto al educar se cambia
patrones de comportamiento ante los recursos naturales, modos de vida,
enfocadas en un cambio de actitudes y valores ambientales, siendo las
actividades de cultivo de la tierra desde la escuela aprovechando los espacios
naturales.
De esta forma, el presente estudio afronta el desarrollo sustentable a
través de la integración escuela-comunidad, utilizando recursos desde el punto
de vista ecológico, es decir nuevos métodos que les permitan desarrollar
técnicas de producción, y al mismo tiempo minimicen el impacto ambiental.
Para ello, se hace necesario cambio de comportamiento, valores y conductas
mediante actividades fomentadas por las instituciones educativas, para que
sean puestas en práctica en los hogares; con lo cual se garantice a las
presentes y futuras generaciones un uso racional de los recursos renovables.
Por su parte, la Escuela Técnica Francisco Tamayo no escapa a esta
realidad y en la práctica se observa la escasa existencia de huertos escolares
como estrategia didáctica que promuevan la sostenibilidad de los recursos
naturales; dado que la aplicación de este conocimiento es una opción
favorable en la conservación de la tierra, contribuyendo adecuadamente con
250
Arbitrado
pierden bosques y las especies están en peligro de extinción a
medida que las emisiones de carbono continúan cambiando el
ambiente en el que vivimos. Con apoyo del Banco Mundial,
más países están abordando las relaciones entre tierra,
bosques, agua y seguridad alimentaria de una manera más
integral y sostenible (Banco Mundial, 2015, pág. 26).