Proponer alternativas para trasformar la evaluación de los aprendizajes
en la praxis educativa universitaria.
2. Recorrido teórico
En búsqueda de la evaluación en la praxis universitaria
Una buena evaluación debe tratar de describir (lo que está bajo
discusión), valorar y remediar (los errores y deficiencias). La evaluación
tradicional normalmente es válida sólo en el segundo aspecto (valorar), y con
frecuencia se olvida del tipo de consejo y apoyo que necesitan los estudiantes
para triunfar en sus estudios, (Brown 2003: 37). Otro aspecto negativo de la
evaluación tradicional, es que con frecuencia se evalúa en el momento
temporal que conviene más al sistema (programación) o al profesor a nivel
individual que cuando es más conveniente para el desarrollo integral del
alumno. Los sistemas tradicionales tampoco son adecuados para poder
remediar los errores y deficiencias de los alumnos, ya que no existe tal
posibilidad si nos basamos en un único examen al final del curso.
En general, un sistema de evaluación continua debería basarse en una
“evaluación formativa”, ya que la “evaluación sumativa” se basa en un punto
final que es numérico y que encierra juicios evaluativos. Sin embargo, en la
práctica se presenta un grave problema: las instituciones universitarias acaban
exigiendo una graduación en las calificaciones y, por lo tanto, obligan a
efectuar evaluación sumativa. Observando el siguiente cuadro en cuanto a la
innovación de la evaluación.
Los niveles referidos son: a). Los objetivos o competencias que se
aspiran de la innovación, b). El nivel de los criterios o patrones con los que se
comparará la situación novedosa para su comprobación y c). El nivel de la
correspondencia que guarda el nuevo procedimiento con un cambio real.
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Arbitrado
1.1. Propósito de la investigación