Partimos el vuelo en un avión mucho más pequeño y con un olor mucho más fuerte a comida. La aeromoza nos ofreció la comida del avión, la abrí y se me quitó el apetito, Arroz con algo que olía a carne pero no tenía color a carne, tenía un aspecto verdoso y estaba acompañado con verduras picantes. Mi compañero de vuelo disfrutó su cena y luego le regalé mi porción, quedó muy agradecido de mi gesto.
NANNING
Llegamos a Nanning, el aeropuerto estaba a una hora de la ciudad y la ciudad estaba a una hora de la frontera de Vietnam, Y nuevamente se me vinieron esos recuerdos de mi estadía en Asia. El hotel era el Marriot, en una gran habitación con una gran vista a la ciudad. Tenían desayuno occidental y quería probar todo lo que estaba enfrente de mí. No recuerdo los nombres de los pastelillos, de las sopas, de las frutas, todo diferente. También estaban los huevos verdes, el pato asado con cabeza, la pata de chancho ahumada y cuanta asquerosidad significase para un occidental como yo. Obviamente para el asiático es normal, lo que para nosotros es diferente. www. revistasapo. com
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