HANGZHOU CIUDADES DE LA GRAN CHINA
En el siglo II a.C., la Ruta de la Seda y las Especias
hizo renacer la ciudad. En pocos años, Hangzhou
se convirtió en el centro mundial de la industria de
seda. Entrando a la Dinastía Tang, el budismo se
difundió masivamente en Hangzhou, construyen
importantes obras budistas en toda la ciudad como
el Templo Lingyin, Pagoda Leifeng y Pagoda Liuhe.
Un dicho de la época es: “Si Luoyang es una ciudad
sagrada de la Tierra, Hangzhou sería una ciudad del
Cielo”.
Desde entonces, con presencia de Buda, la
milenaria ciudad nunca más ha decaído o sufrido.
Durante los recientes siglos, en Hangzho u no ha
caído ni siquiera una gota de sangre, no ha pasado
ninguna desgracia. Hangzhou es una ciudad de
armonía y paz eterna. Al llegar a la Dinastía Song,
esta ya es la ciudad más lujosa, más artística y más
romántica del mundo.
El centro de la ciudad le corresponde al famoso
Lago Oeste, el imán de Hangzhou. Durante milenios,
los paisajes múltiples de este parque han cautivado
miles de personas. En distintas estaciones del año,
el Lago Oeste muestra distintas caras al mundo.
En primavera, las flores rojas de durazno dan una
pincelada de romance tradicional. En verano, las
flores de loto difunden un tranquilo aire espiritual.
En el Festival de Luna (otoño), se puede apreciar
una doble luna llena: la del cielo y la otra en las
silenciosas aguas del lago.
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