CRÓNICAS DEL
GOZADOR PROFESIONAL
La mañana de aquel sábado, dejamos al
grupo. Eran 80 estudiantes de distintas
partes del mundo. Podía hacer lo que diera la
gana, la hora de encuentro sería a las 15 horas
en el famoso chiringuito llamado Bora Bora.
Con mis amigos, Sebastián y Francesco,
arrendamos un auto y nos fuimos a una
playa. Era difícil escoger, todas tenían agua
turquesa, muy apetecibles. Ahí nos echamos
a reposar la resaca que heredamos de la
noche anterior. Una noche tranquila para lo
que Ibiza ofrecía.
Una siesta mañanera en la playa y vitrinear
bikinis era el panorama perfecto para calentar
motores. Ya nuestro cuerpos calientes por el
sol, comenzaron a reclamar por comida. Fue
así como tomamos el auto y pasamos por un
bocadillo para solucionar el problema.
El reloj marcaba las 15 horas y estacionábamos
en la playa del encuentro. Asomaba el famoso
chiringuito Bora, la música sonaba perfecta
en una playa atestada de gente que quería
pasarlo bien. Comenzó a llegar el resto del
grupo, hasta que se hicieron presente los 80.
El ron, las cervezas, el tequila y el vodka eran
protagonistas de la tarde playera, el bajativo
se fumaba y la buena onda del lugar era cada
vez más intensa.
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