IMPERDIBLES
Palacio de Topkapi. Es un potente símbolo
del poder que tuvo Constantinopla
(Estambul), como corazón del Imperio
Otomano. Si bien fue la sede de los
gobernantes hasta mediados del siglo
XIX, hoy es un importante museo de 700
mil metros cuadrados que ostenta los
tesoros de la época imperial.
Santa Sofía. Construida originalmente
como una catedral cristiana, esta iglesia
fue transformada en mezquita musulmana
luego de la invasión otomana. Sin embargo,
desde 1935 (por mandato de Mustafá
Kemal Ataturk) funciona como museo. El
arte bizantino con sus frescos y mosaicos
los dejarán con la boca abierta.
Cisterna Basílica. Construida el año
532, este depósito subterráneo de agua
cisterna es la más grande de las 60 que
existen en Estambul. Llamada también
“Palacio Sumergido”, se hizo para que la
ciudad tuviese reservas de agua en caso
de sufrir un ataque enemigo.
Torre de Gálata. Es una de las torres más
antiguas del mundo. Erigida en 1348, esta
construcción de 67 metros de alto es
un excelente lugar para tener una vista
panorámica de Estambul.
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