Tirar un chicle en la vía
pública, es una falta grave,
incluso puede ser penada
con cárcel.
La idea, era forzar un cambio de postura
en la conducta del ciudadano, y crear
valores entre la población que le dieran
seguridad a sus habitantes. Actualmente,
Singapur goza de uno de los índices más
bajos en criminalidad y violencia entre
los países asiáticos y del mundo.
Respecto a los delitos de abuso sexual
y delitos menores, se permite publicar
el nombre de los violadores, e incluso,
televisar los juicios. Es común encontrar
en las calles y parques de la ciudad
a recolectores de basura vestidos
con uniformes que sólo llevan los
delincuentes, que han sido condenados a
limpiar la vía pública por delitos menores.
Los diarios progubernamentales suelen
además publicar el nombre y la fotografía
de los acosadores sexuales condenados,
junto con dibujos de sus delitos. En otras
palabras, “funan” a los que delinquen, por
lo que el condenado sabe perfectamente
lo que le espera. Estas acciones,
impopulares para los derechos humanos,
han servido para frenar la delincuencia
en una de las zonas más conflictivas del
mundo, en donde las drogas circulaban
de forma abierta. Hoy, es una nación
segura.
Singapur ha sido censurada por Amnistía
Internacional, la cual reprocha los
métodos de justicia empleados en este
país para ejecutar a los delincuentes,
como la horca. Las ejecuciones se
realizan en la prisión de Changi.
El dato increíble, es que, en ciertos
lugares está prohibido masticar chicle,
y es penado con cárcel tirar un chicle
al suelo… aquí en Chile estarían todos
presos.
FUENTE: http://www.tiempo.hn
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