Revista SAI Julio Volume 2 Julio 2013 | Page 5

Iniciativa de Puerto Central llevó alegría a las Mamás que celebraron su día tras las rejas.

Nueve mujeres de la portuaria privada organizaron un momento de esparcimiento para aquellas mamás que celebraron su día privadas de libertad en el CCP de San Antonio.

S

uena con fuerza la apertura de la reja. El choque del metal genera el eco suficiente en los helados pasillos del penal. Tras esas macizas estructuras metálicas existe una realidad muy distinta a la que comparten nueve mujeres, ejecutivas y trabajadoras de la portuaria privada que explota la concesión del Espigón. Son las trabajadoras de Puerto Central que en una fría mañana de mayo, deciden llegar hasta el Centro de Cumplimiento Penitenciario( CCP) de San Antonio, en calle La Marina, para compartir con sus pares. Cualquiera sea el delito o por más inmenso que sea el castigo, estas mujeres privadas de libertad por sus deudas con la sociedad, comparten un mismo acto del destino … son todas madres. Y es que el 12 de mayo pasado probablemente fue uno de esos días duros. En que añoran encontrarse con aquel ser que se fecundó y nació desde sus entrañas. Condición que las transforma en seres especiales, en mujeres que serán amadas por siempre e incondicionalmente por sus hijos. Acción que les dio el apelativo más hermoso pronunciado por un ser humano, la palabra Mamá. Encabezadas por la sugerente de Recursos Humanos, Marcela Araneda, las nueve profesionales de Puerto Central se dieron cita para dialogar, reflexionar y hasta cantar con estas acongojadas madres. Una historia que para la ejecutiva de PCE resultó más que enriquecedora, pues“ independiente que hoy sabemos que ellas están privadas de su libertad, en el mundo hay muchas personas que se sienten igual sin estar recluidas en una penitenciaría. De hecho muchas de nosotras que somos madres, igual nos sentimos solas pese a no estar en esta condición de castigo, y otras ni siquiera reciben un saludo de sus hijos, en el fondo era la idea de entregarles nuestro mensaje de que no estaban solas”, dijo la ejecutiva. Sentimientos encontrados que afloraban en medio de este encuentro y en donde la compañía, una simple conversación, o un gesto de afecto marcan la diferencia.“ Resultó muy distinto a lo que nosotras esperábamos, en donde las íbamos a acompañar, a atender, a entretenerlas, en fin, terminamos recibiendo el cariño amable y sincero de estas mujeres” dijo la subgerente Marcela Araneda.
Además recalcó“ fue una experiencia tan notable que al final convenimos que esta actividad la queremos seguir haciendo a través de la empresa ya que nos comprometimos seriamente a seguir acompañándolas”. Un grato momento que llevó a la empresa Puerto Central a acercar realidades distintas en una misma misión la de compartir una condición en común, la de ser Madres.
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Cuando hay demasiada libertad nunca hay bastante Oscar Wilde