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Capítulo II
El pasto no crece de manera regular en esta parte
del parque, y como una multiplicidad de paisajes
en un mismo espacio físico uno puede estar y
sentarse. La espera se hace dulce cuando el viento
corre apenas y solo queda en la piel una sensación
de frescura. Y resulta tan fácil enamorarse… de
las cosas, del cemento, de los bancos que invaden
y se quedan en esa inmensidad de verde que
siempre permite al extranjero. Uno se puede
enamorar… del sendero, de la gente que corre e
La tontería de pensar que se ha ganado
ignora. Todo esto lo observo desde el bar. Con un
movimiento veinte años practicado el dueño
prende un televisor casi tan viejo como él. Me
pregunto si a esta altura esa acción es consciente,
si al viejo le interesa que el Papa esté por visitar
Chile o que la inflación aumente día a día.
Sorbiendo el café escucho -casi deseando que
algo destruya ese aparato infernal- la voz del
periodista; una lista interminable de sucesos,
todos repetidos y transformados, las cinco
muertes que informa el canal 7 mutan a seis en el
canal 8. A la gente no parece importarle, es tan
común que eso pase, el noticiero suele equivocar-