EL CIERVO
Tienen patas delgadas, pe
zuñas partidas en dos y
largos cuellos con cabezas
largas y finas, aptas para
el ramoneo o el pastoreo,
salvo algunas
adaptaciones concretas en
algunas especies como es
el caso de los alces, que
pastan vegetales
acuáticos, o los renos, de
hocicos peludos y anchos
aptos para
ramonear liquen en
las zonas árticas. Son
esbeltos herbívoros, si bien
las especies más grandes
tienen una configuración
similar a un caballo,
mientras que las más
pequeñas resultan más
rechonchas para poder
moverse con facilidad por
el sotobosque.
Tienen el pelo liso o
moteado en la mayoría de
las especies, salvo algunas
cuyo pelaje es poco
preciso como ocurre con
los renos, y son los únicos
mamíferos a los que les
crecen astas o cuernas
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nuevas cada año,
formadas
por hueso muerto. En la
mayoría de las especies
que comprenden la familia,
solo las desarrollan los
machos a partir del primer
año de edad, aumentando
de tamaño y complejidad a
medida que el individuo va
madurando; los machos
las utilizan durante la
época de apareamiento
cuando compiten por las
hembras, mientras que las
hembras que sí son
astadas al parecer las
usan como elemento de
defensa para sus crías, ya
que el periodo de muda no
coincide con el de los
machos.
Las astas empiezan a
formarse a partir de dos
protuberancias del cráneo.
Al crecer, las recubre
un terciopelo llamado
«borra» que posee gran
cantidad de vasos
sanguíneos para alimentar
el hueso que crece bajo
ellas. Cuando las astas