Revista Redes de Metal. (Número 1).pdf May. 2014 | Page 14

Á vido de un nuevo comienzo, OJ Mayo aterrizaba en Milwaukee con afán de renacer, de volver a parecerse a ese chico de West Virginia que predestinado a dominar dejaba boquiabiertos a todo el firmamento baloncestístico cuando tan sólo era un adolescente. Su mirada perdida, su osadía y descaro con el balón en las manos y su interminable arsenal de recursos encarnaban el origen de un diamante en bruto dispuesto a impactar de forma inmediata sobre la bóveda celeste. “El último hijo del futuro”, “The next big thing”, como quieran llamarlo, una nueva estrella había aflorado. son o Daniel Hackett como segundos de abordo. “Mucha gente que vino a USC no vino por el baloncesto. Gente del cine, abogados y doctores, gente de la construcción, de negocios...Hay mucha gente que hizo cosas importantes aquí” Pese a que sus notables números (20’7 puntos, 4’5 puntos, 3’3 asistencias) reflejaban un potencial ofensivo incuestionable, entre actuación y actuación salían críticos afirmando un egoísmo constante, así como una incapacidad manifiesta de involucrar a los suyos que acababa traduciéndose en altibajos colectivos. Vivir con Mayo o morir con él, y nunca mejor dicho, ya que tras caer en primera ronda del Madness a manos de la Kansas State de Michael Beasley en uno de los duelos más esperados del año, la temporada quedaría invalidada para los Trojans una vez la NCAA destapó el escándalo en la elegibilidad del de Huntington al recibir un dinero que violaba la normativa universitaria. Sin embargo, de la aureola pasó al ostracismo. El “próximo LeBron” no se consagró entre los atisbos de esperanza de un talento tan díscolo como intermitente, capaz de batir desde récords de anotación hasta de asistencia en sus días de secundaria. Inmerso en una retahíla incesante y preocupante a partes iguales de problemas extradeportivos con la marihuana y agresiones como protagonistas, recalaba en USC con la polémica como ya ente constante. Señalado como buque insignia para reflotar un programa con esporádicos delirios de grande- Luces y sombras que hacían precipitar aun más si cabe su ateza, estaría a las órdenes de Tim Floyd donde tendría a Taj Gib- rrizaje en la NBA. Partidarios y detractores cada vez distanciaban más sus posturas conforme se acercaba el Draft. 14 14