Revista Quincena 03 | Page 8

Llega a Mendoza Cierto es que en ese periplo de oeste a este y de vuelta al oeste, la uva ingresó por primera vez al territorio nacional de la mano de un viticultor francés llamado Miguel Amado Pouget en 1852. Contratado por el gobierno nacional, Pouget debía montar una escuela modelo que permitiera modernizar las economías provinciales de San Juan y Mendoza. Fue emplazada en lo que hoy es la casa de gobierno de esta última provincia y desde allí se propagaron las estacas que 150 años más tarde darían singularidad a la Argentina en el contexto mundial. Fue plantada a la antigua, en muchos viñedos fundados por inmigrantes, a fines del siglo XIX y principios del XX. Entremezclada con otras variedades, porque el corte del vino se hacía en el viñedo, con el tiempo algunos viticultores comenzaron a aislarla debido a sus bondades. Una tarea que, a mediados de la década del 1980, retomarían bodegas Catena Zapata y Familia Arizu, entre otras, para intentar dar con las mejores selecciones que se había desarrollado de forma natural e histórica en el país. El INTA, paralelamente, hizo un trabajo similar de aislamiento, tipificación y propagación de la cepa en su estación Luján de Cuyo. Fue un largo proceso de mejoramiento genético. Y si el Malbec es la uva que hoy le da nombre a la Argentina en el mundo, es Argentina la que le ha dado el toque de distinción y sus consumidores quienes perfilaron el paladar de esta variedad. Hoy, cualquier Côt, Auxerrois o Malbec –como se están plantando en Francia, Nueva Zelanda, USA y Australia- reconoce que el criterio de estilo del vino es el que se consume en nuestro país. Porque con unas 31 mil hectáreas plantadas con diversas selecciones –aún no hay clones para esta uva- la abundancia de Malbec en nuestro país es notable. Los estilos son pocos, sin embargo: frutado y ligero, con madera potente, o bien de guarda, para no mencionar vinos especiales, como fortificados y algún que otro espumoso. Además, otras variedades se elaboran de forma que se le parezcan. Con todo, una cosa es segura: el Malbec es la variedad que volvió a hallar su lugar en el mundo en este remoto rincón del globo. 8