revista psicologica | Page 13

terapia humanista

pues simplemente es el estudio de cómo el paciente lleva su vida siendo ser humano y así poder lograr sus objetivos y sus metas pues se pone el escenario en presente para ver cómo el paciente reacciona.

Aunque existen numerosas diferencias, me parece importante resaltar su actitud de aceptación frente a los actos de cada paciente, pues parten de la idea de que cada persona ha hecho lo mejor que ha podido con los recursos que tiene a su disposición. no es una terapia donde se juzga ni se critica, sino una donde se reconocen los logros de cada persona y donde se buscan formas de mejorar gradualmente otras áreas menos desarrolladas, se aprende a vivir con limitaciones, sino que la aceptación es el primer paso de un proceso más amplio y profundo.Los terapeutas humanistas son especialmente buenos para acompañar a personas que No han tenido un fundamento sólido para confiar en sí mismas. La atención que se presta al paciente ha de ser claramente percibida por el, y una de las maneras más claras de hacerlo es a través de la postura corporal, de la mirada y de las respuestas no verbales que el terapeuta hagan a lo largo de la sesión. habilidad que se va desarrollando con el tiempo, en la que el terapeuta puede discernir los puntos importantes dentro de la sesión y usarlos para acompañar mejor a su paciente.observar los movimientos, cambios de voz, gestos, etcétera que el paciente realiza sin darse cuenta, pues en ellos hay información importante que puede ser aprovechada dentro de las sesiones. Ayuda importante para ir de lo vago a lo concreto, de lo general a lo particular en muchos de los temas tocados por el paciente y que le pueden ayudar a clarificar su situación. el paciente ya hace lo mejor que puede y que dentro de él están los recursos para alcanzar lo que desea, este tipo de reflejo permite enfatizar algunas frases o palabras dichas por el paciente, pero de las cuales puede no haber tomado conciencia. Reflejar ayuda a enfatizar o a hacer más prominente lo que se dice, además de ser una excelente manera para dejarle claro al paciente que no está solo. Las palabras del paciente comunican mucho más que sólo ideas. También hay en ellas sentimientos y emociones implícitos que, al ser tomados por los terapeutas humanistas y reflejados oportunamente, ayudan al paciente a profundizar en su experiencia interior.