Revista Profesor N°7 Revista Profesor N°7 | Page 13

Estás en este cuadrante Colaboradores por qué digo que sí a cada cancheo que se me presenta. Me encanta trabajar. Así es cómo mantengo mi hogar”. Bernstein es un ejemplo de un músico que trabaja constantemente, es increíblemente versátil, pero al mismo tiempo mantiene una voz artística distintiva. En la sección Jazz On Campus de este mes, le damos un vistazo a la Lamont School of Music de la universidad de Denver, la cual tiene tres big bands y 12 ensambles (jazz combos). Esta escuela entrena alumnos para hacer de la música su forma de vida, como grandes jazzistas, pero también entregándoles las herramientas para tocar otros géneros musicales. En portada, aparece el trompetista Ambrose Akinmusire quien ha demostrado en escena que puede tocar con gracia en variados entornos y géneros. Sus credenciales como jazzista son incuestionables, pero su proyección llega más lejos. En esta entrevista declara: “Sé que mi meta es crear un estilo o expresión que pueda ser útil en cualquier arena. Iba a decir cualquier género pero no sé siquiera si creo en eso”. El anhelo de los jazzistas requiere encontrar una forma de vida como músico. De otra forma, ellos se dedicarían a otra cosa y su arte sufriría o, peor, se marchitaría. La generación de John Coltrane y Mary Lou Williams estaría hoy trabajando en una cafetería. Sería una lástima si el mundo nunca llegara a oír las propuestas [que están por venir] de los músicos jóvenes, por estar ellos demasiado desanimados o demasiado ciegos y pegados a sus principios artísticos. El músico debe tocar. En cualquier momento que estás ahí afuera tocando, estás practicando una profesión honorable. Y es por eso que me gusta recibir llamadas y la razón de por qué digo que sí a cada cancheo que se me presenta. Me encanta trabajar. Así es cómo mantengo mi hogar. Los corchetes “[]” son nuestros. Traducción: Enrique Hosiasson Saavedra, miembro de Projazz. 13