EL ESTRÉS EN EL SECTOR SANITARIO
En la sanidad los síntomas más comunes entre sus profesionales son el síndrome del quemado, el agotamiento emocional y el estrés laboral. Esto se debe a la falta de plantilla sufrida en los hospitales y centros de salud, que obligan a los trabajadores a hacer jornadas laborales de muchas horas, siendo común las guardias de 24 horas en centros de salud, además de no disponer de tiempo ni recursos para prestar la atención necesaria a los pacientes.
El síndrome del quemado o ”burnout” va cobrando fuerza con el tiempo en este sector debido a la conexión psicológica y emocional entre el profesional y el paciente. La falta de recursos y tiempo necesario para atender a los pacientes adecuadamente favorece la aparición de este síntoma. Si a ello se le añade el frenético ritmo de trabajo se va formando una gran carga mental que en muchas ocasiones genera depresiones y puede llegar a afectar al cuerpo mediante enfermedades como tumores o cáncer.
Este síndrome es agudizado aún más por pacientes que van a la consulta creyendo saber lo que necesitan para mejorar de su dolencia, y al recibir la negativa de su médico por no considerarlo adecuado el consiguiente enfado de los pacientes, que en muchos casos llegan a denunciar a los médicos. Todo esto acaba traduciéndose en tensión muscular, nerviosismo, temor, angustia, trastornos del sueño...
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El estrés docente se debe a la escasez de recursos materiales, que ya hemos visto que también afecta a los profesionales sanitarios, a la presión que siente el trabajador por encontrarse solo ante la diversidad de capacidades e intereses de los alumnos, lo que le obliga a adaptarse a cada alumno de forma individual, con el desgaste que ello genera, a las dificultades de aprendizaje que presentan algunos alumnos, para lo que es necesario contar con apoyo de otras profesiones como logopedas, orientadores o psicólogos, a problemas de disciplina del alumnado, la falta de reconocimiento social, la falta de colaboración de las familias de los alumnos y a las innovaciones que se implementan en su práctica laboral diaria para la que no reciben formación.
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