Gladis
O EL RELATO DE LA
PERSEVERANCIA
Gladis Vélez Villa nació en el
municipio de Betania, en una vereda
encumbrada en lo alto de la montaña,
con un nombre llamativo para
muchos: Las Ánimas. Lugar cafetero
por excelencia, siendo el café el
producto del que devengan el
sustento sus habitantes.
Gladis, ocupa el segundo lugar de un
hogar de cuatro hermanas. Estudió la
básica primaria con la modalidad de
Escuela Nueva. Realizó sus estudios
secundarios en varios colegios: el
grado sexto en el colegio del
corregimiento de Tapartó, municipio
de Andes y el grado séptimo en la
institución del municipio de Hispania.
Pero debido al largo desplazamiento
de dos horas diarias hacia la
institución, en ese año se retiran
varios de sus compañeros, entre ellos
su amiga de infancia y compañera de
travesía.
Después de tres años, le sugieren a
su madre ingresarla a un internado
en el municipio de Jardín,
el cual estaba a cargo de unas monjas
que impartían disciplina y orden en el
lugar. Allí era el hospedaje y la
alimentación. El hogar lo mantenían
limpio formando grupos de unas cinco
a seis estudiantes para asear el sitio.
Allí se levantaban temprano.
Realizaban los oficios que les
correspondieran aquel día, luego
realizaban una oración colectiva y
desayunaban. En este municipio había
dos colegios. Por recomendación de la
directora se le sugirió que estudiara en
el Colegio Femenino de dicho
municipio, por los nexos que la
institución tenía con las monjas del
Hogar Juvenil Campesino.
Al comienzo permanecía los fines de
semana en el Hogar Juvenil, con otras
compañeras que vivían en sitios
alejados de veredas de los municipios
de Andes y Betania e inclusive había
unos de Concordia. Los viernes
después de almuerzo viajaban muchos
para las casas, y ella viajaba cada
veinte días.
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