Revista Pesca abril 2018 REVISTA PESCA ABRIL 2018 | Page 78

PERÚ NO ERA ESTADO NI MENOS LIMA AL INICIO DE LA PRIMERA REPÚBLICA

“ Qué duda cabe que el derecho constitucional universal tiene un gran maestro clásico en el francés André Hauriou, qué facultad de derecho del mundo occidental no tiene en sus bibliotecas los libros del gran maestro galo, qué syllabus de derecho constitucional no cuenta en primera fila con las obras del gran maestro Hauriou y es que sus lecciones, obras y estudios todavía iluminan al Derecho Constitucional por la claridad de sus expresiones basadas en sus investigaciones, la potencia racional propia de los franceses y la solidez de sus conocimientos y sabiduría en el campo del derecho constitucional.
No existen estudios de Ciencia Política completos si es que no se pasa por los libros y lecciones de André Hauriou para conocer la ingeniería, la estructura y la filosofía del Estado y del derecho constitucional que abriga a las constituciones políticas de la civilización occidental moderna en sus proyecciones y praxis macro-políticas, para el politólogo es vital y central leer a Hauriou para tener una idea, visión y conceptos claros de la versión jurídica del Estado y sus amarras macro-legales.
El maestro de maestros André Hauriou tiene un concepto claro y firme y aleccionador con respecto al Imperio Romano que nos parece muy sabio, paradigmático y aplicable a nuestra realidad y es que para el gran maestro galo la histórica y legendaria Roma era un territorio pequeño, era un simple ciudad casi parecida a la griega, Roma era el solio de modestos agricultores pero que empezaron a expandirse en todas direcciones buscando ampliar sus espacios sus horizontes sus negocios sus comercios y su cultura y en ese caminar y penetrar e introducir sus dominios y costumbres y negocios en todas direcciones apareció y se formó y se consolidó lo que se conoce universalmente como el IMPERIO ROMANO.
Ahora leamos la siguiente cita muy pertinente del constitucionalista francés de la referencia:
“ Roma fue la cabeza de una organización federal o, quizá más exactamente, de un sistema de protectorados en el que las ciudades y los pueblos conquistados conservan una cierta autonomía, bajo el control más o menos estrecho de un representante del emperador. El imperio romano es, esencialmente el conjunto de los pueblos a los que Roma impone la paz y el tributo. Sin embargo, hay que comprender que, Ciudad o Imperio, Roma no fue jamás un Estado, en el sentido moderno del término, es decir, una sociedad en la que la organización política corresponde a una nación”( André Hauriou, Derecho Constitucional e instituciones políticas, Edic. Ariel, 1971, pag. 50)”
Queda muy explícito y meridianamente claro que la expansión de la ciudad de Roma en todas direcciones y el establecimiento de representantes del Emperador no constituye en modo alguno un Estado, toda vez que ES- TADO ES NACIÓN básicamente y nación es PUEBLO y pueblo es conjunto social consciente que tienen antecedentes comunes e intereses también comunes presentes y objetivos futuros que interesan a su colectivo, vale decir: Sin pueblo no hay Nación, sin Nación pueden haber pueblos que no quieren o no pueden definir territorio común y no levantar un gobierno con soberanía.
Lo esencial es la existencia de PUEBLO como colectivo social con objetivos comunes conscientes y actuantes expresamente en la praxis cultural, política, militar y económica y eso fue la CIUDAD DE ROMA que sí fue un ESTADO como lo fue la CIUDAD DE ATENAS en Grecia, ambas eran PEQUEÑOS ESTADOS porque simplemente tenían pueblos unidos en su pasado, en su presente y en sus objetivos futuros, ahí tenemos NACIÓN y al existir NACIÓN el ESTADO emerge con toda naturalidad porque las propias necesidades y la dinámica de ese pueblo los impulsa a fijar y delimitar sus territorios y a levantar un gobierno nacional con soberanía: ESTADO.
Revista Pesca Abril 2018 75