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Esta ave prosperaba en el Norte, que poseía especies particularmente apreciadas. Uno de
los documentos más antiguos que poseemos, en francés, y en el que interviene la
palabra "Islandia", refiere precisamente un acuerdo para una entrega de halcones.
Precisemos también, que estos países que viven en estrecha simbiosis con el mar,
practicaban una pesca intensa, que no parece haber sido nunca de altura. Los mares en
cuestión, Báltico, Mar del Norte, tenían peces en abundancia en aquella época. Lo
mismo ocurría, por otra parte, con los ríos y los lagos. Se los pescaba con anzuelo y
también con red. Una buena parte se consumía sin esperar, poniendo el resto a secar en
esos curiosos edificios en forma de V invertida que todavía se ven en Islandia, o bien
apilado en armarios, o en cuartos, por supuesto, una vez secado.
Más intensamente y más preciada también, era la caza de la ballena y los grandes
cetáceos. A decir verdad, se tienen muy pocos ejemplos de caza organizada. En cambio,
sucedía con frecuencia que las ballenas viniesen a embarrancar en la orilla, verdadera
ganga para las gentes del lugar, pues todo el animal es absolutamente aprovechable, de
modo que las leyes deberán ocuparse en ello. Un capítulo especial que la mayor parte de
los códigos está reservado al "reki": todo lo que viene a encallar en la orilla. En
principio, era el propietario de esa porción de orilla quien tenía el usufructo del reki,
pero los conflictos eran muy numerosos; especialmente el despedazamiento era muy a
menudo un objeto de peleas sangrientas. Digamos también, que pudieron existir
verdaderas estaciones de pesca: una de invierno, una de primavera, sin duda hacia abril
y mayo y, ocasionalmente, una de otoño. Sin embargo, estos datos parecen valer sobre
todo para Islandia.
Hacia mediados de junio comienza el mes elocuentemente denominado "solmanadr",
mes del sol. Está fuera de duda que los escandinavos dedicaron un culto al astro de ldía
desde los tiempos más lejanos. Ahora hay mucho menos trabajo en la granja. Ésa es la
razón por la que dos tipos de acontecimientos muy importantes tienen lugar hacia
mediados de junio.
El primero es de orden público y político: es la reunión del Thing, asamblea de todos los
hombres libres para tomar en común las decisiones de orden legislativo, jurídico y
comercial que interesan a toda la colectividad. Es generalmente entre el 15 y el 30 de
nuestro mes de junio cuando tiene lugar este evento. Puede incluso durar más, según el
tenor de la actualidad, como sucede con el Althing de los islandeses, institución que, sin
embargo, no parece haber tenido equivalente en otras partes de Escandinavia, pues
Islandia formaba un bloque delimitado por las costas de la isla. A mediados de junio es
cuando regresan los barcos procedentes del extranjero, es cuando vuelven los grandes
viajeros y se hace hablar a los que llegan. El thing marca uno de los tiempos fuertes de
la vida de la comunidad, pues es el momento y el lugar donde cada uno sale, de alguna
manera, de su celda.
El otro acontecimiento es el momento en que el vikingo se embarca para los grandes
viajes que le llevarán a los confines del mundo conocido de su época y quizás más allá,
sea, para uno de esos periplos en los que alternarán los negocios, transacciones, ventas y
compras y, llegado el caso, las refriegas o los golpes de mano fructíferos. En principio,
parte para aproximadamente tres meses, volverá para asegurar la estación de invierno.
Pero en ocasiones tendrá que pasar esta estación lejos de su casa, aunque no sea la