revista nórdica Mitologia_nordica.1474443498 | Page 222

Como dios de la paz y la prosperidad, Frey reapareció muchas veces supuestamente sobre la Tierra y gobernó a los suecos bajo el nombre de Yngvifrey, por lo que sus descendientes fueron conocidos como Ynlings. También gobernó a los daneses bajo el nombre de Fridleef. En Dinamarca se dice que se casó con la bella doncella Freygerda, a la cual rescató de un dragón. Con ella tuvo un hijo de nombre Frodi, el cual, con el debido tiempo, le sucedió en el trono. Frodi reinó en Dinamarca en los días en los que había paz en todo el mundo, es decir, en la era en la que Cristo nación en Belén de Judea y debido a que todos sus súbditos vivieron en concordia, fue conocido como Frodi Paz. ·Freya, Freya, la Diosa del Amor. Freya, la hermosa diosa nórdica de la belleza y el amor, era hermana de Frey e hija de Njörd y Nerthus, o Skadi. Ella era la más hermosa y la más querida de entre todas las diosas y, mientras que en Alemania se la identificaba con Frigg, en Noruega, Suecia, Dinamarca e Islandia era considerada como una divinidad diferente. Freya, al haber nacido en Vaneheim, también era conocida como Vanedis, la diosa de los Vanes, o como Vanebride. Cuando llegó a Asgard, los dioses quedaron tan prendados por su belleza y elegancia que le concedieron el reino de Folkvang y el gran palacio de Sessrymnir (el espacioso de asientos), donde le aseguraron que podría acomodar fácilmente a todos sus invitados. Reina de las Valkirias. Aunque diosa del amor, Freya no era apacible y amante de los placeres, pues las antiguas razas nórdicas pensaban que ella tenía gustos muy marciales y que con el nombre de Valfreya solía encabezar a menudo a las valkirias en el campo de batalla, escogiendo y reclamando la mitad de los héroes muertos. Así que era representada con un corselete y un casco, escudo y lanza, estando únicamente la mitad inferior de su cuerpo vestida con el atavío suelto habitual de las mujeres. Freya transportaba a los muertos electos hasta Folkvang, donde eran debidamente agasajados. Allí eran bienvenidas también todas las doncellas puras y las esposas fieles, para que pudieran disfrutar de la compañía de sus amantes y esposos después de la muerte. Los encantos de su morada le resultaban tan seductores a las heroicas mujeres nórdicas que a menudo corrían a la batalla cuando sus amados habían muerto, con la esperanza de correr la misma suerte, o se dejaban caer sobre sus espadas, o ardían voluntariamente en la misma pira funeraria en la que quemaban los restos de sus amados. Ya que se pensaba que Freya prestaba oídos a las oraciones de los amantes, éstos la solían invocar a menudo y era costumbre el componer canciones de amor en su honor, las cuales se cantaban en ocasiones festivas. En Alemania, su nombre se usaba con el significado del verbo "cortejar". Freya y Odur.