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Mientras, el agujero que ella produjo fue rellenado rápidamente con agua para formar un lago, llamado al principio Logrum (el mar), pero que posteriormente fue conocido como el lago Mälar, cuyas mellas corresponden con los promontorios de Seeland. Gefjon se desposó entonces con Skiold, uno de los hijos de Odín y se convirtió en la antepasada raza real danesa de los skioldungs, que vivían en la ciudad de Hleidra o Letra, que ella fundó y que llegó a ser el lugar principal de sacrificio para los daneses paganos. Eira, Vara, Vör y Snotra. Eira, también asistente de Frigg, era considerada como una doctora extremadamente habilidosa. Ella reunía enfermos de todo el mundo para curar tanto sus heridas como enfermedades y era su competencia el enseñarle a las mujeres su ciencia, que eran las únicas que ejercían la medicina entre las antiguas naciones del norte. Vara escuchaba todos los juramentos y castigaba los perjuros, mientras que recompensaba a aquellos que guardaban fielmente su palabra. También estaba Vör (fe), que conocía todo lo que estaba por suceder en el mundo y Snotra, diosa de la virtud, que poseía todos los conocimientos. Con semejante grupo de asistentas, no es de extrañar que Frigg fuera considerada una deidad poderosa. Sin embargo, a pesar del prominente lugar que ocupaba en la religión nórdica, nunca se le dedicaron templos o santuarios, y era venerada sólo junto a Odín. Otros Aspectos de Frigg. En el sur de Alemania se veneraba a una diosa cuyos atributos eran los mismos que los de Frigg, por lo que evidentemente, eran las mismas deidades aunque con nombres distintos. Entre estos nombres estaba el de Holde (Hulde o Frau Holle), que indulgentemente repartía muchos generosos regalos. Ya que ella controlaba el tiempo, la gente solía decir que cuando caían los copos de nieve, estaba agitando su cama y cuando llovía, que se encontraba lavando sus vestidos, señalando a menudo las nubes como la ropa que ella había puesto a blanquear. Cuando grandes tiras de nubes grises surcaban el cielo, se decía que ella estaba tejiendo, pues se suponía que también era una tejedora muy diligente, además de hilandera y ama de casa. Se dice que fue ella quien le dio el lino a la humanidad y le enseñó cómo usarlo. Según la tradición medieval, Holde vivía en una cueva en Hörselberg, en Turingia, donde era conocida como Frau Venus y considerada como una hechicera que seducía a los mortales hasta su reino, donde los retenía por siempre, saturando sus sentidos con toda clase de placeres sensuales. La más famosa de sus víctimas fue Tannhäuser, quien, tras vivir bajo su hechizo durante una temporada, experimentó una revulsión en sus sentimientos que aflojó las cadenas de Frau Venus sobre su espíritu e indujo pensamientos inquietos acerca de su alma. Él logró escapar de su poder y corrió a Roma para confesar sus pecados y obtener la absolución. Pero cuando el Papa oyó de su relación con una de las diosas paganas, de las que los sacerdotes afirmaban que eran demonios, declaró que el caballero tendría tantas esperanzas para el perdón como él de ver en su bastón crecer brotes y flores.