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Cuando el dios conducía así de lugar en lugar, se le llamaba Akuthor, o Thor el auriga. En el sur de Alemania, creyendo la gente que un solo carro de bronce no podía causar tanto estruendo, decía que el carro estaba cargado con cazuelas de cobre, que repiqueteaban y se golpeaban entre ellas. La Familia de Thor. Thor se había casado en dos ocasiones, primero con la giganta Iarnsaxa (piedra de hierro), con la que tuvo dos hijos: Magni (fuerza) y Modi (valor), ambos destinados a sobrevivir a su padre y al ocaso de los dioses y a gobernar el nuevo mundo que se alzaría como el fénix de las cenizas del primero. Su segunda esposa fue Sif, la de cabellos dorados, con al que también tuvo dos hijos: Lorrude y una hija de nombre Thrud, una joven giganta célebre por su tamaño y fuerza. Fiel a la conocida afinidad por el contraste, Thrud fue cortejada por el enano Alvis con su aprobación. Una noche, cuando el pretendiente, que al ser un enano no podía afrontar la luz del día, se presentó en Asgard para pedir la mano de Thrud, la asamblea de los dioses no le negó su consentimiento. Apenas había mostrado su aprobación cuando Thor, que había estado ausente, apareció súbitamente y, mirando con desprecio al insignificante pretendiente, declaró que debería poner a prueba sus conocimientos para expiar por su baja estatura, antes de que pudiera ganarse a su prometida. Para probar las cualidades mentales de Alvis, Thor le interrogó en el lenguaje de los dioses, el de los Vanes, el de los elfos y el de los enanos, prolongando astutamente su examen hasta el amanecer, cuando el primer rayo de Sol cayó sobre el desdichado enano y lo petrificó. Allí permaneció él, un perdurable ejemplo del poder de los dioses, para que sirviera como advertencia a cualquier otro enano que osara ponerlo a prueba. Sif, la de Cabellos Dorados. Sif, esposa de Thor, estaba muy orgullosa de su espléndida cabellera dorada, que la cubría desde la cabeza a los pies como un brillante velo. También ella era el símbolo de la Tierra, pues se decía que su pelo representaba el césped largo o el grano dorado que cubría las tierras de cosecha del Norte. Thor estaba también muy orgulloso del hermoso cabello de su esposa. Por tanto, es de imaginar su consternación cuando se la encontró una mañana tan calva y carente de ornatos como la tierra cuando el grano ha sido recogido y no quedan más que rastrojos. En su furia, Thor se alzó sobre sus pies y juró que castigaría al que hubiese cometido tal atrocidad, del que inmediata y correctamente conjeturó que era Loki, el malicioso y conspirador; que siempre estaba a la busca de algún acto malvado que cometer. Tras coger su martillo, Thor se fue en busca de Loki, el cual intentó evadir al airado dios cambiando de forma. Pero fue inútil, pues Thor le alcanzó pronto, cogiéndole por el cuello y casi estrangulándole, antes de ceder ante sus súplicas y soltarlo. Cuando recuperó el aliento, Loki imploró el perdón, pero sus ruegos fueron en vano, hasta que prometió procurarle a Sif una nueva cabellera, tan bella como la primera y tan profusa en longitud. Sólo entonces dejó Thor marchar al traidor. Loki reptó por las entrañas de la tierra, donde se encontraba Svartalfaheim, para suplicarle al enano Dvalin que le fabricara no sólo la preciosa cabellera, sino también un regalo para Odín y Frey, cuya furia deseaba aplacar.