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siempre de forma indirecta a las cosas o personas, por medio de los kenningar. No
resulta sencillo sacar un conjunto coherente de la mitología escandinava de esta mezcla
de fuentes de diferentes lugares y épocas y que responden a diferentes demandas
literarias a su vez. Es mucho suponer que en toda Escandinavia se mantuvieran
exactamente las mismas ideas y creencias, así como convicciones religiosas, sin
variaciones. Hay una confusión de relatos: algunos pertenecen a secuencias claras, otros
están aparentemente dispersos, sin ningún fin.
Es difícil establecer cuánto hay de auténtica leyenda nórdica y cuánto de invención
puramente literaria. También es tema de debate qué papel juegan los mitos en las
creencias nórdicas, ya que un mito en sí, se dice, usa algunas ideas populares que tratan
de fenómenos históricos o naturales.
Entre los mayores mitos escandinavos están aquellos que explican el principio y final de
este mundo, su distribución, la creación de los primeros humanos y las luchas entre el
bien y el mal, como asuntos de vital importancia para sus vidas culturales. No es
sorprendente que ninguno sea muy preciso. Es una mitología apropiada para una raza
guerrera, en la que las matanzas y las traiciones son moneda corriente y en la que un
hombre importante demuestra su grandeza luchando contra un destino que sabe
inevitable.
Hoy no hay modo de saber en qué medida los mitos literarios representaban lo que los
vikingos creyeron realmente o lo que guiaba sus actos en sus vidas diarias. Los vikingos
mismos no hicieron constar detalles de su religión pagana y los cristianos que entraron
en contacto con ellos estuvieron poco dispuestos a describir el paganismo o a darle
crédito en modo alguno. Si lo mencionaban era generalmente en términos despectivos.
El único templo pagano sobre el cual tenemos una información detallada es el de Gamla
Uppsala, en Suecia central, que fue descrito por el clérigo alemán Adam de Bremen en
el siglo XI. Dice que todo el edificio era dorado. El templo contenía los ídolos de tres de
sus dioses. Cada uno de ellos contaba con sus propios sacerdotes y la gente les ofrecía
sacrificios para obtener beneficios apropiados.
Los eruditos modernos han tendido a quitar importancia a la magnitud de las
celebraciones mayores tan prolijamente y, tal vez imaginativamente, descritas en las
sagas y a poner de relieve en su lugar los aspectos más locales del culto.
Igual que los pueblos germánicos en general, los escandinavos no tenían una casta
sacerdotal propiamente designada. El sacerdote también era un jefe seglar, la cabeza de
una familia o de la sociedad local. Aquí las Sagas Islandesas son de especial
importancia, aunque de nuevo su fecha tardía y fondo cristiano pueden hacer que su
información sea poco fiable como documento histórico descriptivo de las creencias
paganas antiguas. No obstante, dan a entender que la religión pagana nórdica estaba
estrechamente unida al ciclo anual y a la jerarquía social seglar, como ocurre en el caso
de los godar, en Islandia.
·Inicios y Creación.