Revista Nº 10. 2016/17 Revista Nº10. 2016-17 | Page 81
El "gladiador" del deporte de moda, no sabía aún que lo que había recibido
hasta entonces no era más que una pequeña dosis de paciencia, que lo qué hasta ese
momento no iba a ser más que una lágrima en el mar que iba a tener que verter
cuando se encontrase con el ala dura del colegio: Los alumnos.
Una vez superado este primer filtro entró en el colegio y se dirigió con paso
seguro hacia los impacientes niños y niñas, flanqueado por la corte de adultos
admiradores, contentos y felices con su autógrafo y su foto.
La fila de alumnos también ordenada, de repente se convirtió en un caos
tumultuoso, en cuanto el "héroe" cogió el primer papel y lápiz para firmar un
autógrafo. Aquello se desbordó y el joven se encontró rodeado del niños y niñas que
luchaban por su autógrafo, por tocar un brazo, la mano, la espalda, darle un balón para
que lo firmase. Los niños se empujaban, saltaban la valla del pasillo superior del patio,
donde el ahora "su amigo" creían ya muchos, había sido llevado por el tumulto infantil,
o tal vez había intentado refugiarse para no ser asfixiado por la marabunta que se
había desencadenado. Visto desde la distancia eso parecía, una marabunta de insectos
que intentaba ahogar a un gigante con su masa y sus gritos. Se llegó a oír: "Ahora lo
vendo y me saco una pasta". El chaval apunta maneras.
Por fin pudo escapar de allí con ayuda de algún maestro y pudo ir hacia el salón
de actos donde iba a dar una charla. El patio quedó desértico, a excepción de unas
pocas "raras avis" que seguramente ni conocían, ni les importaba para nada lo que
pudiese contar el joven deportista. También es posible que tuviesen obligaciones que
hacer que consideraban más urgentes que asistir a una charla de alguien tan ajeno a
los valores que se supone que deben impartirse en la Escuela; a saber: protestar todas
las decisiones arbitrales aunque seas justas siempre que no nos favorezcan, simular
faltas o cualquier acción de juego que sea favorable al equipo, escupir constantemente
en el terreno de juego, procurar ocultar las ganancias en paraísos fiscales y defraudar
todo lo posible. Así podríamos continuar en un largo etcétera.
Los más importante de todo es que los alumnos conocieron a un héroe de la
actualidad, vieron su coche, muchos le tocaron y muchos también llevaban un papelito
con su firma. Cuando llegaron a sus casas y por las redes o, personalmente pudieron
contar a sus papas y amiguitos a quién habían conocido y tal vez, solo tal vez ya sabían
lo que querían ser de mayores: Futbolista, para ganar mucha pasta y ser famoso. Total,
para qué estudiar si no voy a salir de "pringao" anónimo.
Por supuesto todo lo descrito más arriba es algo totalmente inventado y
cualquier parecido con la realidad no es más que pura coincidencia.
DPTO. ORIENTACIÓN