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FUE AQUEL RÍO Y NUESTRO RIO.
PRÁXEDES MORENO.
H
oy yo recostado en la baranda
pienso y sonrío ya que me parece
estar viendo la huella de mi alpargata
en la orilla de nuestro Río.
Así era siempre muy transitado
era y es el paso de las bestias y de
los carros al otro lado, dos puentes
uno de la línea férrea con sus
miles de toneladas de peso el
agua lo ha desplazado, el otro
para toda clase de vehículos
que andaban con su piso de tablones
mal encajado ya que sonaban las
tablas como si fuera un piano,
pero era el puente y era el Río,
era muy serio cuando llovía,
causaba respeto por el agua que
recogía la gente al verlo se asustaban
por ver el Río el agua que llevaba
y solomente era y es un Río,
donde yo me bañaba cuando era
un crio, y llegando el invierno para
algunos vecinos era como un drama
ya que algunos, no se le pegaba a
su cuerpo las sábanas de la cama,
porque el Río crecía y crecía,
pero quien sujetaba el agua ese
agua cuando llovía,
el miedo reinaba, viendo que el
agua en su casa entraba.
Hoy recordar aquel tiempo,
que he conocido con aquellos
amigos que ya se han ido,
solo me queda el recuerdo
el que nunca olvido.
Y esto era nuestro Río
cuanta añoranza, cuantos recuerdos
hay vividos de nuestra infancia
la que hemos conocido,
aquellas meriendas en el Río,
cuantas madres, no todas con
sus toallas para cubrir el cuerpo
de sus críos.
Hoy son todos recuerdos que se
fueron y ya no vino, era nuestra
playa y nuestro Río, que se ha
quedado ciego y parte se ha perdido
solo queda la arena que se ha ido.
Pero llega el verano y en mi pueblo
poca gente veraneaba y esta era
mi playa donde yo me bañaba
con el poquito jato que yo llevaba,
en mi cara se refleja mi alegría
porque era mi playa la de todos
los días, ya que no era la Antilla
ni tampoco Punta Umbría.