Revista MASAJE #1 1 | Page 23

Terapia Refleja Zonal Terapia Refleja Zonal L a popularidad alcanzada en los últimos años por las terapias reflejas es enorme, y en la misma medida se han ido generalizando una serie de confusiones que requieren de una delimitación más rigurosa de campos para definir lo que el Dr. Bossy llama los distintos microsistemas, con sus particularidades específicas tanto a nivel de exploración como de tratamiento. Mientras en Oriente esta perspectiva define las bases esenciales de la práctica médica que sigue un criterio funcional, en Occidente la medicina siguió otros derroteros condicionada por la evolución del llamado método científico que llevó a una concepción del hombre físico-mecanista, fruto de la necesidad de escindir para observar, generalizar y concluir. Y así avanza a saltos gigantescos la tecnología médica, la cirugía, las especializaciones que remarcan cada vez más la escisión del hombre. La concepción de éste sigue estancada, en la práctica, en principios científicos trasnochados que no incorporan los modernos planteamientos de la microfísica, la microbiología, etc., que aportan un criterio más vivo de energía en movimiento. Si escindimos y fraccionamos la realidad viva para observar minuciosamente sus partes el resultado será necesariamente un conocimiento de lo muerto, algo rígido, estático, inflexible e inerte. Y la vida es energía en movimiento en constante proceso cambiante, con una tensión interior hacia el equilibrio y la armonía, y por lo tanto es vulnerable, fluída y flexible. En la antigua China no se permitía seccionar los cadáveres para su estudio, y esa es una entre otras muchas razones por las que su medicina se orientó más hacia el estudio de la energía en movimiento en la periferia del cuerpo, que relacionaron con la interioridad del hombre también en movimiento continuo. A través de la observación de lo vivo en movimiento descubrieron la interrelación sistémica entre el macrocosmos del universo y el microcosmos humano. Los ritmos, las pulsaciones que lo habitan son los mismos. La respiración, movimiento de contracción y expansión, se corresponde con el gran movimiento de contracción y expansión del universo, que bien podríamos llamar la gran respiración cósmica. Goethe, que fue tan importante por sus estudios científicos como por su obra literaria, aunque ignorado en ese aspecto que le mantuvo desmarcado de su época, proponía otras claves de investigación científica hoy retomadas con gran interés por investigadores inquietos y en las cuales avanza con rigurosidad esmerada la medicina antroposófica. Su método de la “metamorfosis” estaba basado en la observación de lo vivo, una de cuyas posibilidades es la variación o movimiento, la polaridad (cabeza-piernas, redondo-lineal, cóncavo-convexo), la intensificación, la inversión (duro adentroblando afuera) y la afinidad. Se puede pensar todo el organismo como uno. Ese es el fondo. O lo que llamamos hoy también la perspectiva holística, que viene del griego “holos” = todo en movimiento. Al mismo tiempo, en las últimas décadas en Occidente, se ha dado un fenómeno de renovado y creciente interés por todo lo que es el mundo del masaje como manipulación sistémico-científica de los tejidos blandos del cuerpo. Diferentes corrientes psicológicas llamaron